El periplo del falso enfermero por Madrid, a juicio en enero

El periplo del ourensano Santiago Blanco (34 años) en Madrid como falso enfermero amplió el foco que le había iluminado solamente en su tierra natal tras quemar montes de forma compulsiva e intentar colársela al Colexio de Enfermería de Ourense y Lugo con un título de pega. Pero una serie de filtraciones de una persona con la que había tenido una relación afectiva, le colocó en la diana de los medios nacionales. Ahora, tras ser condenado en marzo de este año a seis meses de prisión por el Penal 2 de Ourense por falsificación de documento oficial, debe comenzar a rendir cuentas con la justicia por haber trabajado como enfermero en hospitales o residencias de ancianos de la comunidad madrileña sin estar capacitado. Lo intentó en más, pero no pasó el filtro. Precisamente, el 11 de enero del próximo año se sentará en el banquillo del Juzgado de lo Penal número 5 de Getafe para responder de una denuncia formulada por la residencia de ancianos “Cerro de los Ángeles” en el año 2019. La fiscalía reclama para Santiago Blanco una condena de año y medio de prisión así como una multa de nueve meses, con una cuota diaria de 12 euros, por intrusismo profesional en grado de tentativa y un delito de falsedad en documento oficial. La residencia de ancianos, ubicada en Getafe, había publicado una oferta laboral para cubrir una plaza de enfermero y Santiago, según asegura la fiscal, llamó para concertar una entrevista. La residencia dio el visto bueno a la contratación cuando examinó la documentación aportada: el título de diplomado en Enfermería por la Universidad de Vigo, la fotocopia del DNI, un completo currículo vitae y el número de afiliación de la Seguridad Social. Pero el geriátrico optó por anular el contrato cuando comprobó que el acusado no tenía la diplomatura de Enfermería porque nunca había estado matriculado en la Universidad de Vigo. Tampoco figuraba como colegiado en Madrid ya que el número que aportó correspondía a una mujer. La representante del Ministerio Público sostiene que el documento “o bien lo realizó por sí mismo o bien encargó su confección a otras personas a las que, en todo caso, facilitó los datos necesarios para poder lograr que el documento pareciese legítimo y auténtico”. En este caso, el inculpado no llegó a ejercer como enfermero aunque sí lo consiguió en un centro de ancianos de La Moraleja (llegó a cobrar una nómina de casi 1.800 euros en 2018 y se dio de baja voluntariamente) así como en otro hospital médico quirúrgico y materno-infantil en Boadilla del Monte, en donde fue despedido al detectar fallos en los cuidados dispensados a los pacientes. Asimismo, en Galicia tiene pendiente la denuncia del Colegio de Enfermería de Lugo por hechos similares a los ventilados en Ourense, en donde intentó colegiarse con documentos falsos en marzo de 2018. TRES CONDENAS PREVIAS En el historial penal de este ourensano constan dos condenas por parte de la Audiencia (por sendas imputaciones por incendios que suman cuatro años de cárcel, el único delito por el que pisó la cárcel poco más de un año) así como otra sentencia del Penal 2 de la ciudad con seis meses de prisión y multa de 1.080 euros (no supuso su encarcelamiento). Admitió que había falsificado la documentación y su abogada planteó la eximente completa en base al trastorno mixto de la personalidad que padece, lo que determina que sea impulsivo. Esta afección le había servido para liberarle de la cárcel en el tema de los fuegos forestales aunque la jueza del Penal no lo tuvo en cuenta al entender que una falsificación requiere planificación previa. “Podemos comprender que esa impulsividad le impida refrenar su comportamiento a la hora de prender fuego a un monte porque es una acción instantánea pero no cuando se trata de un delito que requiere preparación, tiempo y hasta pericia”, aseguraba la magistrada en la sentencia.