TERMALISMO / OURENSE

El Plan Termal de la ciudad ya cumple ocho 
años sin ejecutar

As Burgas es uno de los atractivos de la ciudad más visitado por los turistas. (Foto: JOSÉ PAZ)
photo_camera As Burgas.

El proyecto, en el que tendrían que intervenir varias administraciones, se marcaba un plazo de 10 años y pretendía financiación europea

El termalismo enzarza a los políticos en la precampaña electoral y augura nuevas discrepancias sobre el futuro de esta actividad económica que podría ser clave en la ciudad, cuando se cumplen ocho años de la aprobación unánime del Plan Estratégico Termal de Ourense, la guía de actuaciones encargada por un gobierno local del PP y aprobada por consenso al comienzo del primer mandato del bipartito PSOE-BNG.

Ocho años después, el futuro termal de la ciudad vuelve a estar en el punto de mira de los políticos, que tienen un Plan aprobado entonces y donde casi todo está aún por hacer; porque más del 95% de los proyectos que se aprobaron entonces están sin ejecutar, salvo por la apertura del Centro de Musealización de As Burgas, inaugurado en el mandato socialista, y la construcción de una bouvette en el entorno de As Caldas (barrio de A Ponte), conseguida pero sin inaugurar y sin uso porque son precisas nuevas obras para que pueda abrir con agua termal, ya que actualmente está conectada a la red de abastecimiento de agua potable.

Realmente, la complejidad del desarrollo termal en una zona tan sensible como son As Burgas -no hay que olvidar los sondeos de Xardín das Burgas para construir un hotel-balneario, que dañaron el caudal de las fuentes-, la difícil disponibilidad de los terrenos -la tramitación fue larga y conflictiva, y acabará en los tribunales-, la costosa remodelación de la vieja cárcel para convertirla en el recinto termal por excelencia y, sobre todo, la crisis económica, que frenó toda iniciativa tanto en el centro de la ciudad como en el entorno del río -ahí están los planes de Caldaria o de Copasa para construir sendos hoteles, pendiente desde hace tiempo-, han complicado enormemente la ejecución de aquel Plan Estratégico, modelo de consenso, dijeron en aquellos momentos los miembros de la Corporación municipal. En ese contexto hay que recordar que es el entorno de las fuentes públicas el objetivo primordial del desarrollo termal. Ahí, la vieja prisión de la calle Progreso estaba llamada a convertirse en el gran hotel "boutique" de cuatro o cinco estrellas, mientras el solar de Xardín das Burgas se "uniría" al de Baños de Outeiro de forma que el primero se centraría en el aprovechamiento de las aguas que hay en el subsuelo y que afloran en superficie por la poca profundidad del acuífero, mientras el segundo acogería un hotel de tres estrellas ligado al uso del agua del solar anterior.

El Plan buscaba también uso termal al colegio de las Josefinas, con las que se negociaría un traslado, para convertir su parcela, colindante con las fuentes, en una gran plaza que uniría las termas con los establecimientos hoteleros del otro lado de la calle.

Todo ello queda aún lejos de cumplirse porque las negociaciones son complejas y aún hay que obtener el terreno. Y ahí está la propuesta del actual gobierno socialista, que finalmente, y a instancias del BNG, optó por la expropiación, que todavía debe ser aprobada inicialmente y que depende ahora de los últimos informes técnicos.

Por el medio, las elecciones municipales y otro posible planteamiento, el de la candidatura del PP, de frenar para buscar la seguridad jurídica que necesita esa fórmula.

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