Concello y Estado ultiman un acuerdo por el que la ciudad obtiene la cesión del primer piso durante un plazo de 25 años

La planta noble del Banco de España será un centro sociocultural público

Edificio del antiguo Banco de España, ayer por la tarde, con los puestos del Entroido en su fachada del Paseo. (Foto: Miguel Ángel)
La primera planta de la sede del Banco de España en la ciudad será un centro multiusos, con cabida para iniciativas sociales y culturales de carácter público. El Concello de Ourense está ultimando un acuerdo con la Sociedad estatal de gestión del patrimonio (Segipsa), propietaria del inmueble, que contempla la cesión a la institución municipal de esa primera planta -antiguas oficinas, hall y lugares de atención al público del Banco emisor- por un período de 25 años. El semisótano y las plantas superiores albergarán el Catastro, ahora ubicado en unas achicadas instalaciones de la calle Irmáns Villar.
De este modo, el Concello consigue de Segipsa la cesión de la planta noble de un emblemático edificio que inicialmente descartaba para uso público, como ha ocurrido con las sedes del Banco de España en otras ciudades de Galicia. En Lugo, donde la sede se cerró antes que en Ourense, el edificio se convirtió en oficinas de Hacienda, y en Pontevedra se ultima una remodelación para albergar delegaciones ministeriales.

Concello y Sociedad estatal aún deben formalizar el convenio, pero ya se puede afirmar que el centro multiusos tendrá acceso por la calle Paseo, donde está la entrada principal del edificio, mientras que al Catastro se entrará por Concordia.

La cesión, con todo, implica un coste al Concello. Segipsa rehabilitará todo el inmueble para adaptarlo a los nuevos usos, incluida la primera planta, pero pasará al Consistorio la factura de lo que cueste la remodelación del espacio que será público, un gasto que éste podrá abonar a la Sociedad, a plazos, en los próximos 25 años.

En este momento, Segipsa cuenta ya con un proyecto de reforma del inmueble, que plantea un presupuesto de algo más de 2,5 millones de euros. Es el que en su día presentó ante el Concello, donde permanece sin apenas trámite porque el actual gobierno bipartito, cuando llegó al poder, inició gestiones con la Subsecretaría del Ministerio de Economía para lograr la cesión de todo el inmueble. De hecho, las reformas interiores que pretendía Segipsa quedaron bloqueadas, con el argumento de que afectaban al grado de protección integral que aún tiene el edificio. Esa catalogación se variará para convertirla en estructural, que obliga a mantener las fachadas pero permite obrar y reformar el interior.

Un destino por concretar pero abierto a todos
Cuando el Banco de España anunció el cierre de su sede en Ourense no tardaron en surgir las voces que reclamaban su cesión íntegra a la ciudad, para museo, sala multiusos o centro de exposiciones. Cuando el bipartito inició las negociaciones, dirigidas por el alcalde, Francisco Rodríguez, empeñado en conseguirlo para la ciudad, ofreció alternativas a Segipsa para el Catastro pero no quisieron solar en la ronda bulevar ni inmuebles en el casco histórico. Tampoco el anterior gobierno del PP hizo amago de comprar el edificio, como prefirió Santiago, cuando en 2004 se ofreció tras el cierre de la sede.

Falta ahora precisar su destino, que el Consistorio aún tiene por definir pero que, en todo caso, será un espacio polivalente con cabida para exposiciones, conferencias, foros de debate o actos culturales varios.

Lucernario y escalinata en un edificio sobrio
El modelo del edificio del Banco de España responde a una disposición historicista de la época en que se construyó, en los años 30, y a unos determinados cánones establecidos para acoplar un estilo con un edificio que sería la imagen del soporte y la seguridad económica del estado de la nación. Ahí sigue 124 años después, destinado ya a otras actividades pero con su valor inalterable. Del inmueble, con fachada de granito salvo en el este, donde se resuelve con ladrillo visto, destaca especialmente el lucernario de su interior, que tapa un patio central . El acceso principal, el que corresponderá al Concello, ofrece, tras la puerta de entrada, tres peldaños que originan un pedestal en la propia entrada. Aparece entonces un zaguán exiguo que conduce a una escalinata que también quiso el Concello que se protegiera. El interior es de mármol en algunas zonas, siempre denteo del espacio que será cedido, pero las plantas superiores, que se utilizaron como viviendas de los directivos del banco, son de peor calidad y exigen reformas de mayor entidad.

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