Miles de conductores agudizan cada mañana el ingenio en busca de una plaza libre y gratuita

Una plaza libre, todo un ‘lujo’ en Ourense

El caos justo al lado del Puente Romano.
Unos 45.000 vehículos entran cada mañana en la ciudad y sus conductores no lo tienen fácil para estacionar sin pagar. Muchos, tras varias vueltas por el casco urbano, acaban en un parking, pero la mayoría agudiza el ingenio y estaciona en sitios insólitos. Los hay que adelantan dos y tres horas su llegada a la ciudad para coger sitio.
Aparcar el coche en la ciudad sin pagar no resulta fácil. Cada mañana, según estimaciones de la Concejalía de Tráfico, entran en el casco urbano alrededor de 45.000 coches procedentes de distintos puntos de la provincia, que se suman a los de los residentes en las distintas calles.

La llegada de vehículos comienza a partir de las siete de la mañana, la ciudad despierta y son muchos los ourensanos que se suben al coche para acudir a su trabajo, llevar los niños al colegio o realizar cualquier gestión. El ‘bullicio’ y la falta de aparcamientos para estacionar gratuitamente provoca situaciones insólitas cada mañana a lo largo del casco urbano.

Los conductores, tanto residentes como foráneos, que acuden a realizar gestiones en el centro de la ciudad escogen las calles cercanas al Parque Barbaña o los barrios de O Couto y As Camelias para dejar sus vehículos, dado que no todas las plazas están reguladas por la ORA. Encontrar un hueco resulta sin embargo misión casi imposible, sobre todo a partir de las nueve de la mañana, dado que ambas zonas son utilizadas por los funcionarios y trabajadores de Diputación, Concello y resto de administraciones situadas en el centro de la ciudad. Tanto en el Parque Barbaña como en el barrio de O Couto hay conductores que al acudir a su trabajo no retiran el coche del hueco que encontraron la noche anterior hasta la llegada de un familiar o conocido, en muchos casos residente fuera del casco urbano, para que lo ocupe.

Otros no tiene tanta suerte y dejan el coche en lugares de lo más insólito, como caminos, fincas, solares sin cierre e incluso sobre la acera o en lugares pro hibidos arriesgándose a que a su vuelta se lo haya llevado la grúa municipal -en 2007 retiró 8.191 vehículos de las distintas calles-.

A las nueve de la mañana, los alrededores del Complexo Hospitalario ven pasar a muchos conductores con el mismo objetivo, estacionar el coche sin pagar. Los pocos espacios que hay en Barrocás, San Francisco y Rairo suelen estar ya a esa hora todos ocupados y hay muchos conductores, entre ellos trabajadores del CHOU, que se levantan hasta dos horas antes de entrar a trabajar para encontrar un espacio en el que dejar el coche. ‘Si llegas justo de tiempo, necesariamente tienes que aparcar en el parking’, explicó un trabajador, Jesús Fernández.

Cerca del centro sanitario, entre las calles Cruceiro Quebrado y Nosa Señora da Saínza, hay una zona con alrededor de 50 estacionamientos gratuitos. Algunos conductores aparcan en doble fila y esperan hasta que queda un hueco libre. Otros dan vueltas buscando sitio y, por si no aparece, dejan a un conocido que espera a que quede alguna plaza libre para que impida que sea ocupada, lo que genera numerosas discusiones a diario.

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