El viernes, los grupos políticos de la Corporación ourensana se verán por primera vez las caras en el salón de plenos después de la segunda ruptura del gobierno en el actual mandato. Será en una sesión que no pasará a la historia y que apunta a una jornada intrascendente en la vida del Concello, una vez que no hay ni una sola propuesta resolutiva impulsada por el gobierno de Gonzalo Pérez Jácome, que la semana pasada ya adelantaba que “el pleno será irrelevante” en los meses que restan hasta la cita con las urnas, lo que demuestra que renuncia a abordar proyectos importantes para los intereses de la ciudad como ordenanzas o el Plan Xeral de Ordenación Municipal.
En el orden del día configurado para el pleno, que ni siquiera firma Jácome al haber delegado las funciones de Alcaldía en su número dos, Armando Ojea, se incluyen en la parte resolutiva una decena de mociones, entre las que no hay ninguna del PP tras su pase a la oposición la semana pasada tras revocar Jácome las competencias que había delegado en los populares.
De esta manera, está previsto debatir en el pleno dos mociones relacionadas con temas ferroviarios, una de DO y otra del BNG en la que se exigirán, entre otras cosas, una mejor política tarifaria y de frecuencias. Los nacionalistas, por su parte, pedirán también la puesta en valor del castro de Santomé.
Mientras, el PSOE completará su petición ya anunciada de reclamar la oficina del PERI con una iniciativa para pedir el cese del edil de Seguridad Ciudadana, Telmo Ucha, por la polémica de la azotea de la Policía Local y con otra sobre termalismo.
Ciudadanos abordará la problemática de los incendios y el uso de la bicicleta eléctrica.
