QUEBRANTAMIENTO DE CONDENA

En prisión por acudir a la ciudad cuando 
el juez se lo prohibió

Los delitos por los que será juzgado, a simple vista, no tienen entidad suficiente para argumentar un encarcelamiento salvo que se tenga en cuenta la letra pequeña

El joven Jordan M.S. acudirá hoy al Juzgado de lo Penal esposado, ya que está en prisión provisional. Los delitos por los que será juzgado, a simple vista, no tienen entidad suficiente para argumentar un encarcelamiento salvo que se tenga en cuenta la letra pequeña.

El 1 de marzo de este año la Policía Nacional lo detuvo en relación a un hurto perpetrado a dos clientes de un bar de la zona de Vinos cuando estaba en compañía de su novia, una joven a la que no puede aproximarse por sentencia judicial por un delito de maltrato en el ámbito familiar. Precisamente, un juez le había prohibido sólo un día antes que se aproximara a una distancia inferior a dos kilómetros al término municipal de Ourense ante el incumplimiento de fallo judicial que le impedía estar con su compañera sentimental durante un año y cuatro meses, ratificado con dos quebrantamientos previos que dieron pie a dos sentencias ese mismo mes, una de ellas con una condena de cuatro meses.

Por esta razón, cuando pasó a disposición judicial el uno de marzo, el juez no anduvo con contemplaciones y le envió a prisión ya que el inculpado no respetó los alejamientos previos: primero de 300 metros de su novia y después ampliado a 2.000 metros pero con la ciudad como punto de referencia.

El fiscal reclama ahora una pena de un año de prisión por el hurto y 11 meses más por el quebrantamiento de condena. Según la versión del ministerio público, el hurto se perpetró a las 0,35 horas del uno de marzo cuando un matrimonio se encontraba en la terraza de un bar de la calle Hornos y el inculpado, según dice el fiscal, se apoderó del bolso de la mujer, valorado en 594 euros que contenía una cartera, unas gafas, un móvil y 20 euros en efectivo.

El inculpado, por su parte, alega que fue su novia la que se acercó a él cuando se encontraron de forma fortuita. En cuanto a su estancia en Ourense, asegura que no tuvo más remedio porque quería compra heroína y cocaína, sustancias a las que es adicto, y en Allariz, donde vivía, no era factible.

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