Los técnicos de la compañía aseguradora de la casa que el pasado 6 de enero resultó gravemente dañada como consecuencia del choque de un camión en Ermille (Lobeira), visitaban ayer la vivienda tras la retirada del trailer efectuada el miércoles. 'Todavía no sé si la tendrán que derribar. Yo solo quiero que me la dejen bien, si no no estaré tranquila', asegura su propietaria, María del Carmen Rodríguez González, de 67 años, que trasmite su preocupación por los daños que haya podido provocar el impacto en la estructura.
Con la casa apuntalada y un cordón de seguridad que prohíbe la entrada, Mari Carmen Rodríguez y su nieto, de 19 años, llevan varios días alojados en un hotel de Entrimo, pero solo van a dormir. El resto del día lo ocupan en vigilar la vivienda, situada junto a la carretera OU-540 entre Ourense y Portugal. 'Por la noche viene un guardia de seguridad, pero durante el día nos turnamos entre la familia y los amigos', relata la propietaria, que ahora tiene miedo que los 'amigos de lo ajeno' se lleven las pertenencias 'porque pueden entrar por cualquier sitio, está todo destrozado'.
Después del susto y disgusto inicial, ahora es el momento de evaluar los daños. 'Los tres primeros días no eché una lágrima, pero ahora,... solo pienso en que me he quedado en la calle', lamenta. Una pérdida que no es solo económica 'tenía objetos personales y sentimentales de mi marido, que falleció hace un año, que ya no podré recuperar'.
La ayuda y apoyo de la familia y amigos es fundamental para salir adelante y más con los hechos todavía dando vueltas en su cabeza. 'Salí un minuto a tender la ropa, y dejé el té sobre la antigua barra del bar, ¡todavía debe estar allí!', relata sin dejar de pensar que 'podría haber sido mucho peor', en el momento justo del accidente, sus hijos y nietos se dirigían hacia la vivienda a pasar la tarde.
Después del susto y disgusto inicial, ahora es el momento de evaluar los daños. 'Los tres primeros días no eché una lágrima, pero ahora,... solo pienso en que me he quedado en la calle', lamenta. Una pérdida que no es solo económica 'tenía objetos personales y sentimentales de mi marido, que falleció hace un año, que ya no podré recuperar'.
La ayuda y apoyo de la familia y amigos es fundamental para salir adelante y más con los hechos todavía dando vueltas en su cabeza. 'Salí un minuto a tender la ropa, y dejé el té sobre la antigua barra del bar, ¡todavía debe estar allí!', relata sin dejar de pensar que 'podría haber sido mucho peor', en el momento justo del accidente, sus hijos y nietos se dirigían hacia la vivienda a pasar la tarde.
