La Diócesis se encarga de gestionar más de 700 iglesias en la provincia
La protección del patrimonio histórico es un tema que preocupa a la sociedad ourensana, como ha quedado de manifiesto en multitud de ocasiones. Las administraciones son conscientes pero el presupuesto para la conservación limita los cuidados en muchas ocasiones. En la provincia hay 734 iglesias que requieren de la conservación de la Diócesis.
"Es raro el día que no me toca ir a alguna por tema de humedades o alguna deficiencia", explica Alberto López, técnico de Patrimonio de la institución religiosa.
La Dirección Xeral de Patrimonio Cultural de la Xunta es el departamento encargado de coordinar las actuaciones en materia de patrimonio histórico, arqueológico, paleontológico, artístico, arquitectónico y etnológico, aunque la mayor parte del rico patrimonio cultural de bienes es de titularidad eclesiástica.
Pocos fondos
La escasez de fondos afecta a la gestión de la protección y conservación de los bienes, que están pendientes de las aportaciones que ofrece la Administración.
El obispo de Ourense, Leonardo Lemos, señalaba el pasado domingo a este periódico la precaria situación de la Diócesis. "Me llamó un sacerdote preocupado porque cayó una tabla del techo en su iglesia. Cuando es problema de estructura de una iglesia no pienso en 40.000 euros, sino en 200.000 o así. ¡A ver de dónde los sacamos!", manifestaba, para ejemplificar los problemas de hacer frente a la conservación de todos los bienes que atesora la Iglesia.
Algunos vecinos lamentan que, en ocasiones, se ven limitados a la hora de gestionar las deficiencias por Patrimonio, como en este caso en San Pedro de Moreiras. "Nin fan nin deixan facer, iso é o que non entendemos", explicaba Mario González Araújo. Se refiere a los límites para actuar que impone en algunas ocasiones. "Nós sabemos que non a podemos deixar caer, pero se Patrimonio non actúa que polo menos nos deixe facer algo", se quejaba.
Abandono histórico
Por desgracia, en multitud de ocasiones se ha puesto de manifiesto el abandono de monumentos históricos en la provincia. Como es el caso de la Ribeira Sacra, donde se acumulan ruinas silenciosas a lo largo del trazado de la Ruta da Ribeira Sacra do Miño, donde es posible descubrir ruinas románicas que han sido rehabilitadas en muchos casos gracias a la labor de los vecinos y, en otras ocasiones, con la colaboración de asociaciones varias, como O Sorriso de Daniel.
Otro de los monumentos históricos que lleva años sufriendo es la Torre de Sande, una fortaleza medieval enclavada en el concello de Cartelle, cuya problemática llegaba este año al Parlamento gallego, al continuar siendo objeto del abandono y la maleza.
También es cierto que hay muestras de compromiso, como con la Catedral de Ourense, que ha sido objeto de intervenciones, como la restauración de un retablo, la reforma de la fachada norte.