Tendrá que pagar 143.000 euros a un emigrante al que estafó haciéndole creer que había ganado la lotería

Cuatro años y medio de prisión es la pena que la Audiencia ha impuesto a un acusado de estafar, a través de internet, a un emigrante haciéndole creer que había ganado un premio de lotería española. El fallo incluye una indemnización a la víctima de 143.750 euros.

Solo o en compañía de otros estafó Pedro Patrik 143.750 euros a un emigrante en Estados Unidos haciéndole creer que le habían tocado 1,5 millones de euros en la lotería.
Así lo afirma la sentencia de la sección segunda de la Audiencia provincial, que le condena por un delito de estafa a una pena de cuatro años y medio de prisión, a pagar 2.160 euros de multa y a indemnizar a la víctima con 143.750 euros.

Basándose en la identificación que realizaron los empleados bancarios, el tribunal considera probado que el acusado es la persona que abrió las cuentas bancarias en las que la víctima ingresó el dinero con la convicción de que era para gestionar el importe de la lotería que había recibido y a la que el emigrante había jugado a través de internet. ’Es probable que hubiesen intervenido otras personas, acaso con mayor cualificación técnico-operativa que Pedro Patrik, para poner en marcha el engaño idóneo para ganar la voluntad errónea de la víctima, creando una apariencia de cierta verosimilitud documental’.

No hay contrabando

No obstante, la Audiencia absuelve al acusado de los delitos de contrabando y falsedad documental que le imputaba la Abogacía del Estado. Lo hace porque ’no hay constancia de que el acusado haya dispuesto a través de internet de la comercialización y circulación de un sistema de lotería o boletos de azar concreto, sino que el fraude se desarrolló mediante información errónea de que el perjudicado había sido agraciado con un premio de ’apuestas del gordo de la Lotería Española S.L.’. Añaden que no hay pruebas de que el acusado estuviera vinculado a una organización de producción y puesta en circulación de lotería prohibida. Entiende que la apariencia de los documentos presentados es ’tan burda y absurda’ que no tienen aparente fuerza persuasiva alguna de que provengan de organismos oficiales.

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