POLÉMICA

Veinte empresarios alertan del perjuicio por el cierre de La Bull

photo_camera Dos agentes custodiaron en la madrugada de ayer la entrada del local para impedir que reabriese (XESÚS FARIÑAS)

El PP municipal acusa de "tibieza" al Concello y pide la comparecencia de la jefa de la Policía Local

El conflicto de la discoteca La Bull, cerrada y precintada por carecer de licencia de obra y apertura, sumó ayer un nuevo capítulo, tras la polémica del pasado fin de semana, cuando rompió reiteradamente los precintos del Concello para abrir sus puertas sin impedimento alguno. El promotor del establecimiento, que ha recabado el apoyo de otros 20 locales de hostelería, hizo público un comunicado en el que pide agilidad para que se le tramite cuanto antes una nueva licencia de actividad; y evitar, con ello, el "daño" que se realiza al establecimiento en vísperas de la Navidad. Dicen, además, el cierre desanimará a salir a numerosas personas, que acudían a La Bulla a última hora y antes se repartían por cafés y pubs, lo que también afectará a éstos.

La Bull asegura que el cierre decretado por el gobierno local socialista sólo "atiende a intereses personales de algún empresario en concreto" -sin especificar- pero no al general del sector de la noche ourensana. El comunicado es sólo una de las estrategias emprendidas por el responsable, que también ha enviado a través de las redes sociales, y no es la primera vez, a sus trabajadores notas de protesta contra el cierre del local. En la última culpa al Concello de Ourense de haber dejado en la calle a 35 personas y se queja de que únicamente se cierre la discoteca cuando hay, dice, otros locales en el edificio en parecida situación y, sobre todo, otras discotecas, "a las que no darían licencia ni en un país africano", arremetiendo en concreto contra otro empresario, promotor de cafeterías en el casco antiguo y de otros locales de última hora en el centro de la ciudad.

En el conflicto, sobre el que el alcalde, el socialista Agustín Fernández, se mostró muy contundente en la última junta de seguridad local (ordenando el precinto nuevamente y un servicio de vigilancia por la Policía Local para evitar que se rompiese y volviese a abrir), terció ayer el grupo municipal del PP que, al contrario que La Bull, detecta un notable grado de "tibieza" en la gestión socialista, al permitir durante días el funcionamiento del local, pese a haberlo precintado. "O acaecido nos últimos días non se lle permitiría a ningún outro local da cidade, co conseguinte risco para a seguridade dos seus clientes". Por ello, pide explicaciones de las acciones llevadas a cabo por la Policía Local, quiere que comparezca en junta de área la responsable del Cuerpo, María Barrera, y demanda acceso a todo el expediente de este caso. El PP recuerda que el propietario incumple "reiteradamente" las órdenes del servicio de disciplina urbanística, pero responsabilizan al gobierno local, que también habría permitido, sugiere, una macroactuación de una orquesta en el local de las Pozas de Maimón, cuya concesión ha sido subrrogada por el Concello al mismo promotor.

Pero, además, este conflicto a reabierto la controversia entre los locales nocturnos, teniendo en cuenta que esta misma semana, la Asociación provincial de discotecas criticaba la condescendencia mantenida con La Bull hasta ahora.

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