Hace ya nueve años que la ourensana Alejandra Juno Rodríguez Villar llegó a los Estados Unidos. Desde entonces, su trayectoria profesional como docente ha ido en ascenso.
En la actualidad es jefa del departamento de español de la Universidad St. Andrews de Carolina del Norte y, además, desde el pasado año ostenta el cargo de vicecónsul honoraria de España en Carolina del Norte, donde hay una colonia española de en torno a las 6.000 personas.
¿Cómo llega a ser vicecónsul honoraria?
Es una persona que nombra la Embajada española que no pertenece a la carrera diplomática, pero que debe tener cierta relevancia dentro de la colonia española. Yo ya llevaba cinco años organizando a los españoles, y llegó un nuevo cónsul general, Enrique Sardá Valls, que busca la dinamización de la colonia y me propuso el nombramiento. Como ya llevaba haciendo la misma labor prácticamente desde hacía cinco años, acepté. Obviamente ahora soy la representante del Estado español en primera línea de defensa, en el sentido de que si algún español necesita algo, yo me persono allí en nombre del Estado. Pero no tengo ninguna función administrativa, ni formo parte del cuerpo diplomático. Desde luego es un honor, creo que para cualquier persona, ser elegida para defender los derechos de tus compatriotas.
¿Cómo es el perfil de la colonia española de Carolina del Norte?
La mayoría son expatriados, es decir, emigrantes pero de alta cualificación. En la zona en que estoy, aunque hay de todo, pero el perfil es de alto nivel sociocultural. Allí hay muchas universidades muy importantes, y donde vivo, lo llaman el triángulo de investigación, ya que en el centro de las universidades hay un parque empresarial, con empresas punteras de todo el mundo. El lugar en el que yo vivo, está la densidad de doctores más grande del mundo.
¿Cuál es la problemática más habitual de esta colonia?
Fíjate, diría que la única que hay son cosas tan banales como que no se coge el teléfono en el consulado. Desde luego, en todos los años que llevo en contacto con la colonia, nunca he percibido un problema que sea destacable. Lo que sí diría es que esta es la comunidad invisible, porque no nos juntamos, somos mucho de estar cada uno a su aire. Y así como hay colonias de otros países que se reúnen, que defienden su lengua, su cultura, la española no lo hace. De hecho, este cónsul está trabajando en esta dirección, en intentar vertrebar a la comunidad, estructurarla de alguna manera.
¿Cómo se vive el ascenso de Donald Trump?
Lo vivimos con mucha preocupación, claro. Lo que pasa es que estar en Estados Unidos como expatriados hace que lo veas desde fuera, sin el componente emocional que tiene una persona que está dentro del sistema. Lo vivimos, por lo tanto, con preocupación, pero con la misma que se vive el auge del populismo en todo Occidente. Está siendo algo que se está repitiendo en todos los países, y Estados Unidos no es una excepción. Pero yo quiero ser optimista, y prefiero pensar que no va a llegar a la presidencia.
¿Cómo se sienten acogidos? ¿Ha habido cambios en ese sentido?
Es un tema complejo de contestar, porque Estados Unidos es un país tan grande y tan complejo que es difícil hablar en términos generales, depende mucho de en qué estado estés y de tu nivel sociocultural. Yo, personalmente, desde el primer día me he sentido muy bien. Mi percepción es que están tan acostumbrados a que todo el mundo sea de todo el mundo que ya no se desmelenan cuando llega un extranjero. Creo que son muy abiertos, con una cultura muy hospitalaria, no serán tus mejores amigos, pero siempre son muy amables.
¿Tenemos una imagen estereotipada de los Estados Unidos?
Totalmente. Este es un micromundo, por decirlo de alguna manera, es una sociedad muy heterogénea, aquí aún somos muy homogéneos. Estados Unidos siempre ha sido un país que ha estado en la globalización desde el minuto uno. Aquí te encuentras de todo, lo mejor y lo peor del ser humano, pero siempre puedes encontrar tu sitio. Hay una serie de prejuicios que son totalmente ridículos.
¿Los americanos tienen alguna imagen de nosotros o nos desconocen completamente?
Sí, es verdad que hay americanos que el concepto de España les queda muy lejos, pero igual que a nosotros, por ejemplo, muchos países de África. La cuestión está en la posición actoral que uno tiene en la política internacional, y España últimamente no pinta mucho. Por ejemplo, las elecciones del domingo poco han importado allí. Aunque en general, sí creo que conocen algo de España y, en ese sentido les resulta un país fascinante. El nivel de cultura general, la verdad es que lo veo similar entre ambos países.
¿Hay alguna diferencia destacable entre las dos sociedades?
Uno de los rasgos más destacables que tienen es que para ellos no existe el fracaso. Con ello no quiero decir que no sean conscientes de que algo les ha salido mal, sino que lo viven sin drama. Siempre tienen el optimismo de volver a intentarlo, de volver a estar empezando su vida, no de que esté acabada. Y eso es algo admirable.
