La Xunta reclama que la vía tipo AVE llegue hasta Santiago

Cambiador de ancho en Taboadela.
photo_camera Cambiador de ancho en Taboadela.
El cambio propuesto en las líneas seguiría dejando a Vigo, Pontevedra y A Coruña en ancho ibérico

La Xunta apremia al ministerio de Transportes para que se proceda al cambio de ancho en las vías del tramo de la línea de alta velocidad entre Ourense y Santiago, a fin de que los trenes puedan circular por él a 300 kilómetros por hora. La conselleira de Infraestructuras, Éthel Vázquez, ha solicitado una reunión en el ministerio para abordar el proceso de cambio de  vía que asegure la llegada de trenes de alta velocidad al resto de las ciudades gallegas. Algo factible hasta Santiago, pero muy complejo en el resto de la red.

 Y es que los trenes de alta velocidad podrán llegar, previsiblemente en el segundo semestre de este año, a Santiago, A Coruña y Vigo, gracias a la entrada en servicio de los AVRIL de ancho variable. Pero no supondrá una mejora en los tiempos de viaje dentro de la red gallega. En el caso del tramo Ourense-Santiago, porque está limitada su velocidad máxima a 220 kilómetros por hora, el máximo al que se puede circular por líneas de ancho ibérico, a pesar de que el trazado fue diseñado para velocidades máximas de hasta 350. En el corredor del eje atlántico, que es una línea de altas prestaciones la limitación es todavía mayor.

La velocidad no es el único argumento que pone sobre la mesa la Xunta para proceder al cambio de ancho de los 87 kilómetros de línea de alta velocidad entre Ourense y Santiago. También el deseo de contar con una infraestructura que facilite la llegada de otros operadores ferroviarios como en el resto de los corredores de la red de alta velocidad que compitan en precio con el AVE.  El cambio de ancho hasta Santiago seguiría dejando fuera de juego a ciudades como Vigo, Pontevedra y A Coruña, que se verían abocadas o al transbordo en Santiago o al emplazamiento de cambiadores de ancho para que los trenes puedan circular por el corredor del eje atlántico en ancho ibérico.

El uso de vías de ancho ibérico en el corredor Ourense-Santiago fue una decisión de última hora, cuando ya estaban incluso compradas por Adif las traviesas de ancho estándar. El argumento que se utilizó entonces, era asegurar la interoperabilidad del tramo con el resto de la red gallega, por ejemplo, facilitando los servicios Avant entre A Coruña y Ourense ya que no existía conexión de ancho estándar con el resto de la red AVE, como sí sucede ahora hasta Ourense. 

La limitación de velocidad a 220 en vías de ancho ibérico no viene dada por ninguna razón técnica, sino de seguridad, por falta de homologación, ya que con ERTMS-2 podrían circular los trenes a la misma velocidad que en el resto de la red de alta velocidad. Sin embargo esa homologación nunca se llevó a cabo.

El cambio de ancho de las vías, que ahora plantea la Xunta, no es nuevo. Planea sobre España desde el 9 de diciembre de 1988 cuando el Consejo de Ministros acordó que todas las nuevas líneas férreas que se construyesen en España se hiciesen con ancho internacional. La propuesta, presentada por Barrionuevo, titular en aquel momento de la cartera de Transportes, comenzó a aplicarse en las líneas de alta velocidad, pero no en el resto. El corredor del eje atlántico, por ejemplo, se planteó con vías de ancho ibérico porque no se realizó un trazado independiente de la vieja línea Vigo-A Coruña con la que comparte algunos tramos.  En ese corredor, como en todas las obras ferroviarias incluyendo las reparaciones de las líneas más veteranas, se emplearon traviesas polivalentes, que permitirán, algún día, cambiar el ancho de ibérico a estándar. Pero a esa decisión, ahora apremiada por la Xunta, lleva años dándosele largas por su difícil encaje. Por la elevada inversión que supondría cambiar el material rodante y también porque dejaría totalmente aislado a Portugal.

LOS DAÑOS COLATERALES DE UN CAMBIO DE ANCHO 
 
Cambiar el ancho de la red convencional en Galicia es un proceso costoso. No tanto por lo que supone en términos de obras en la vía, sino en el coste que representaría cambiar todo el material rodante que circula por ella. Renfe es la única operadora de transporte de viajeros. Pero en el ámbito de las mercancías se mueven trenes de todo tipo: madereros que van a Portugal, cereales que se mueven de Marín a San Cibrao das Viñas, portacoches, contenedores, siderúrgicos, los trenes con residuos a Sogama… sus daños colaterales serían muy elevados en un sector que lucha por abrirse camino. Y tendría que hacerse extensivo al resto de la red o Galicia quedaría aislada. No es casualidad que el propio PP, al igual que PSOE, Ciudadanos y Podemos se opusiesen al cambio de ancho en un debate en el Congreso a propuesta de Foro Asturias en noviembre de 2017

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