El debate sobre la terminal de alta velocidad se hace eterno. Siete años para ponerse de acuerdo. Afónicos de discutir, dolor de cabeza por escucharles. Mientras, el progreso ya no les espera.
Lunes, 29 - Libertad y la cámara de la libertad
O sea, que seiscientas videocámaras nos graban a diario en lugares públicos de la provincia. Eso contaba el periódico el lunes, una especie de invitación a pensar que vivimos bajo libertad vigilada. Dejaré pasar el apasionante pero vidrioso debate sobre libertad o seguridad. Si se complementa, se necesitan, se solapan o se fagocitan. A este lado de la civilización nos gusta creer que cultivamos a diario los campos de la libertad, cuando a lo mejor nos limitamos a ser jornaleros de ese gran hermano orwelliano que nos vigila. "La libertad es el derecho a decirle a la gente lo que no quieren escuchar", se lee en la obra del también autor de "1984". Seiscientas videocámaras nos graban para protegernos, será porque lo necesitamos. Un ojo que todo lo ve nos acompaña en la esquina de la calle, en la oficina bancaria, en el bazar de los chinos. Seiscientas videocámaras son muchas para Ourense, igual es que tenemos mucho que vigilar, que guardar. El ojo que no nos vigila en la esquina lo hace en el ordenador, cada vez que entramos a Internet. Esa es la libertad por la que dicen haber luchado generaciones. No estamos ni libres de mirones. Si al menos fuesen como James Stewart en La Ventana Indiscreta, de Hitchcock. Eso si que era desentrañar casos de mucha enjundia. Sin videocámara.
Martes, 30 - Tampoco los leñazos son ya lo que eran
Históricamente las grandes conquistas siempre se consiguieron a leñazos. De siempre la razón se trató de reivindicar con un gancho de derecha, interesando la mandíbula, a poder ser, con algún diente como botín. Con las justas medievales, los duelos al amanecer, el desafío de los caballeros embozados en la esquina del callejón hemos vivido históricamente. Ventilarse las disputas como los gañanes de la molienda que se dan en el Duelo a Garrotazos de Goya. Amenazarse como en la aldea: ¿Quen me moveu o marco da leira que lo rajo de arriba abajo? ¿Qué sería de la literatura, el arte, la humanidad en su conjunto sin esa primitiva y sana costumbre de medir las entendederas con la estaca? El martes no se habló de otra cosa: en una discusión de tráfico unos tipos se dieron las del pulpo en el centro de Ourense. Quedaron en libertad pronto. Normal. Cómo hemos cambiado. Mira que nos reíamos con los sopapos que se daban el Gordo y el Flaco, Chaplin incluso, también Terence Hill y Bud Spencer. Ahora ya no. Es todo de otra época, también la leña.
Miércoles, 31 - Abuelos y nietos en el mismo autobús
A estas alturas les supongo a todos ya lo suficientemente lamentados, incluso llorados, por este suicidio demográfico en el que estamos viviendo. La Xunta nos contó esta semana lo obvio: pocos niños, pocos habitantes en el rural, por lo tanto es inviable el sistema de transporte público actual. Toca compartir el bus regular y el escolar. Y a mí me parece bien, no por la cuestión del encaje administrativo, que es género menor, sino por la cuestión intergeneracional, que se dice ahora. ¡Mayores y niños en el mismo bus que va al pueblo! Qué oportunidad para que el abuelo le cuente una historia al chaval y que éste le mire ojiplático. Tanto que le hará olvidar que va la farmacia a por más pastillas para el riego. Lo mejor que podría suceder a ambos es que se saltasen la parada y siguiesen hablando .
Jueves, 1 - Una estación de firma o de Hacendado
La ciencia tiene dificultades para saber con exactitud las razones por las que un ratón gira sin parar en una noria. Algunas teorías sostienen cierta tendencia al ejercicio, otras creen que se trata de animalillos un poco pasados de rosca que se mueven de forma arbitraria, sin importar dónde van. Con algunas noticias nos pasa algo parecido, pero a nosotros nos cansa girar, nos agota no saber dónde vamos. ¿A qué viene? Toda la semana de nuestro señor hemos aguantado estoicamente las cada vez menos sostenibles diatribas en torno a la estación del AVE. Nos hemos perdido, nos han perdido, nos han agotado, nos han aburrido. ¿Quienes? Sobre todo PP y PSOE en el Concello de Ourense, pero pueden disparar contra otras fachadas, que algo de culpa llevan. Estamos en el ecuador del 2017 y llevamos diez años. Sí, diez años, discutiendo de la estación del AVE, si debe ser suntuosa, funcional, pendello, galpón, si debe ser de firma o nos vale una estación de Hacendado, hecha por Mercadona. Si una ciudad y sus representantes no son capaces de superar atávicos enfrentamientos para pactar el diseño de una terminal es que está para pocas cosas. Desde que se restriegan ambos partidos por las narices los planos de la zona han pasado ya alcaldes de los dos partidos, conselleiros de ambas organizaciones, presidentes de la Xunta de ambas orillas ideológicos, ministros y ministras de los dos partidos, gallegos para más señas. Y, por supuesto, dos presidentes del Gobierno de diferente confesión política, que no es cosa menor, que diría Rajoy. Y ahí seguimos, incapaces de avanzar. Y ahí les tienen a los señores del PP y el PSOE, como ratoncillos en la noria, sin parar, sin saber a dónde van, sin cansarse, pero a los demás nos agotan.
Viernes, 2 - Un tractor y una mina olvidada
Descubre una mina romana cuando araba en una finca en Vilamartín de Valdeorras. La mina no tiene oro y el agricultor casi estropea la rueda del tractor. Ni arando se pone uno ya rico.
Sábado, 3 - El tiempo tiende a mejorar, pero llueve
Dicen los datos del paro que el tiempo tiende a escampar. Hay quien espera que el sol luzca como antes del 2007. Están en su derecho. Mientras, por el camino, quedan las opiniones de casi siempre, sobre todo las sindicales, abonadas al eterno argumento de cuanto peor, mejor.
