El alcalde de la localidad pide las penas más duras para los delincuentes, que " entran por un lado e saen por outro"
Alcaldes y gobiernos locales ya han expresado su preocupación por la oleada de robos en los pueblos rurales; sin ir más lejos, éste es el tercero en dos semanas. El envejecimiento del medio rural ourensano y el abandono de los pueblos, habitados por muy pocos vecinos, son un caldo de cultivo excelente para los ladrones. Ya el teniente de alcalde de Cartelle, Jaime Sousa, se refería a la larga lista de convecinos de edad avanzada, que viven solos en casas sin protección y en aldeas aisladas, cuando acudió a ayudar al vecino de A Seara tras el robo del que fue víctima.
Ayer, el alcalde de A Peroxa, Manuel Seoane, se mostraba muy enfadado por la impunidad, dice, con la que los delincuentes cometen este tipo de actos delictivos y salen en libertad con cargos tras comparecer ante el juez. Por eso, Seoane pidió un endurecimieno de las penas, no sólo para robos con violencia como el sucedido en su municipio, sino también para evitar que los ladrones puedan seguir robando pese a haber sido detenidos. Porque, precisó, en A Peroxa los hurtos de maquinaria y gasóleo son constantes, tanto que el propio Consistorio fue recientemente víctima de un robo, con el balance de maquinaria sustraída por importe de cerca de 10.000 euros. "Eran catro desbrozadoras, un xenerador, unha motoserra e outros uteis", que han supuesto un quebranto para las arcas públicas. "O Goberno debe por orde", dijo.
Para él, el problema del abandono del rural no sería tal, en lo que se refiere a los robos que se producen, si los ladrones detenidos fuesen realmente a prisión. Es, señala, lo mismo que decía ayer la pareja víctima de robo, cuando el regidor le propuso cerrar la casa y trasladarse: "Onde vou estar mellor que na miña casa? Eu o que quero e que non me rouben".
