Un libro recoge 44 testimonios de mayores que destacan por su vitalidad pese al paso del tiempo

Envejecer sin renuncias, un ejemplo de actitud ante la vida

Varios de los protagonistas de 'La experiencia de envejecer', ayer en la presentación del libro con motivo del Día de las Personas Mayores. (Foto: B. VELARDIEZ)
La vejez no debe ser significado de renunciar a disfrutar de la vida o a realizarse como persona, todo lo contrario, y así lo demuestran los testimonios de 44 personas mayores como el exfutbolista Alfredo Di Stéfano o el arquitecto Norman Foster en el libro 'La experiencia de envejecer'.
La obra, editada por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, fue presentada ayer con motivo del Día Internacional de las Personas Mayores, en un acto en el que, entre otros, intervino el secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, Juan Manuel Moreno. Moreno hizo hincapié en la necesidad de reconocer la valía de las personas mayores y su aportación a la sociedad, ya que representan 'un colchón de solidaridad', sobre todo en estos tiempos de crisis en los que ayudan a sus hijos y nietos. 'Cuánta experiencia se nos pierde si no tenemos en cuenta a los mayores', se preguntó Moreno.


LUCIDEZ Y EXPERIENCIA

Esa participación activa es la que tienen los 44 protagonistas del libro, de entre 70 y 95 años, y que abren una ventana de lo que fue su vida con 'lucidez, sentido del humor y su experiencia', como los científicos Santiago Grisolía y Margarita Salas, las actrices Concha Velasco y Asunción Balaguer, la escritora y académica Ana María Matute o el arquitecto Norman Foster, entre otros.

Foster, de 77 años, asegura que el paso del tiempo no debe hacernos renunciar ni al disfrute ni a la curiosidad, apuesta por reinventarse desde el optimismo, 'porque siempre se puede ir un poco más allá'. Con 86 años, Alfredo Di Stéfano reconoce por su parte que aunque le gusta recordar, intenta no dejarse llevar por la nostalgia y aboga por no pararse: 'Cuanto más te paras, más parado estás, y eso no creo que sea nada bueno', subraya.

Margarita Salas es también todo un ejemplo de que envejecer no supone renunciar a casi nada: a sus 73 años sigue trabajando en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, con lo que sigue tan activa y trabajando 'exactamente igual' que antes.

Con esta obra, la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología' quiere evitar estereotipos sobre la vejez y dar un significado real de lo que es el envejecimiento.

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