El perfumista Jimmy Boys afirma que las mejores fragancias son las creadas con pocos productos

El mejor perfume es el olor del propio cuerpo, sin disfraces

El perfumista Jimmy Boyd rodeado por los alumnos a los que imparte un taller de perfumería. (Foto: ESTEBAN COBO)
El perfumista Jimmy Boyd considera que el mejor olor para el ser humano es el de su propio cuerpo, 'limpio y puesto al día', aunque se disfraza con perfumes que incorporan cítricos, hierbas y hasta grasas de animales.
Boyd, que durante esta semana dirigió un taller en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), afirmó que la ducha diaria es 'una manía de la gente' para no oler a nada y después perfumarse de nuevo, lo que significa aplicarse grasas de glándulas animales, cuando el ser humano ya segrega su propio olor.

En su opinión, los mejores perfumes son aquellos creados con pocos productos, porque 'cuántos más elementos se utilizan, más impersonal es el resultado'. Las fragancias de las grandes marcas incorporan entre 80 y 150 elementos distintos, precisó el perfumista.

Para Boyd, director de producción de perfumes Rochas durante siete años y asesor creativo de diversas marcas internacionales como Margaret Astor, los perfumes son 'emociones'.

Se define como un perfumista emocional y defiende que el sentido del olfato es el que tiene 'una mayor conexión con los sentimientos más profundos y las experiencias vividas'. 'Nuestras fosas nasales son como un túnel del tiempo. Recibes un impacto olfativo que te traslada, en segundos, a momentos vividos muchos años atrás', afirmó.


DECADENCIA DEL OLFATO

Sin embargo, consideró que actualmente la sociedad 'se basa' en la vista y el oído y que el olfato 'está en decrepitud desde que el hombre dejó de ser cazador'. De hecho -apuntó- otros animales como los perros y los gatos son capaces de percibir 'hasta mil veces más' los olores que el ser humano.

Jimmy Boyd explicó que las preferencias de los humanos en cuanto a olores dependen de factores como la cultura, la educación, los patrones familiares o las vivencias personales y, en su caso, su favorito es la bergamota -un híbrido entre la naranja y el limón- 'por su carácter fresco y equilibrado' y el ámbar 'por su sensualidad'.

Según el perfumista, los olores 'influyen' en los estados de ánimo y, por ejemplo, la esencia de lavanda ayuda a relajar, la menta a concentrarse, el té favorece la comunicación, el jazmín la creatividad y la vainilla, la sensualidad. Las zonas del cuerpo adecuadas para perfumarse son 'las más cálidas', es decir, aquellas donde la irrigación sanguínea es más superficial, como el interior de las muñecas y los codos, detrás de las rodillas, en los lóbulos o en la nuca, donde nace el cuero cabelludo, explicó.

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