Su hija Mariluz presidió en Madrid la entrega de los premios que distinguen a innovadores del motor

La vida de Eduardo Barreiros, el mejor ejemplo ante la crisis

La Fundación Eduardo Barreiros entregó ayer los premios que distinguen las principales innovaciones en el mundo de la automoción en su séptima edición, y que fueron instituidos como homenaje a la figura del empresario ourensano.
Durante el acto, se entregó el premio a la Figura de Prestigio a Carlos Espinosa de los Monteros, vicepresidente de Inditex, y exconsejero delegado de Mercedes Benz España por su dilatada y exitosa trayectoria profesional. Los premios de investigación fueron para Luis Jesús Guerra por su trabajo 'Análisis de los parámetros críticos en la medición de la seguridad ante atropellos de peatones par la flota europea de automóviles utilizando modelos automáticos', y para Sergio de Rico por su estudio sobre el 'Concepto de seguridad Post-accidente con los sistemas e-Light y e-Rescue'.

El jurado decidió otorgar también una mención especial al trabajo 'Deslocalización de la producción: un análisis de los determinantes corporativos, logísticos y tecnológicos, en el sector de fabricantes de componentes de automóvil', del profesor Jesús Lampón Caride.

El recuerdo de Eduardo Barreiros permaneció más vivo que nunca en el acto, y en las intervenciones de las distintas autoridades se hizo un paralelismo entre las dificultades a las que se enfrentaba Eduardo Barreiros en una España aislada, con las que tiene que competir el país en la actualidad con la amenaza de la crisis, la deslocalización empresarial y la presión por fabricar más barato.

Mariluz Barreiros echó mano de los recuerdos y de las enseñanzas de sus padres y compartió con los más de 200 invitados al acto un decálogo que había elaborado como eje de su empresa y de su vida. 'Hacer siempre honor a los compromisos, no mirar a nadie por encima del hombro, ser muy tenaz, rodearse siempre de buenos colaboradores y amigos, convivir al máximo con los que trabajan con uno, estimularlos en la mayor medida, no querer ganar para sí la última peseta, trabajar con intensidad, escuchar las sugerencias aunque procedan de gente modesta, y por último tener vocación y fe'.

Mariluz Barreiros defendió el carácter emprendedor de su padre y reclamó para el momento actual la misma pasión y perseverancia en los proyectos. Reconoció el alto nivel de los premiados de esta edición y los puso como ejemplo de la actitud que debe existir en las empresas y en la sociedad.

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