Audiovisual y agricultura, principales usos de una industria que ya triunfa en Vigo y que la Xunta quiere convertir en puntera y de referencia mundial
Los vehículos aéreos no tripulados, conocidos popularmente como drones, han pasado ya del uso militar al uso civil y, con esto, al igual que hace unas pocas décadas ocurrió con internet, se abren nuevas oportunidades de negocio, tanto para los desarrolladores tecnológicos como para sectores que ven en ellos nuevas posibilidades como herramientas de trabajo. Se trata de un nuevo mercado que, aunque está en sus comienzos, se estima que de aquí a 2023 moverá en el mundo un volumen de negocio de 98.000 millones de dólares (algo más de 90.000 millones de euros), según cálculos publicados por el portal especializado en el sector tecnológico Business Insider.
De momento, y según datos oficiales de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), dependiente del Ministerio de Fomento, en España ya hay registrados 335 operadores de drones de menos de 25 kilos al despegue, eso en el primer año desde la entrada en vigor de la normativa que regula el uso de este tipo de aeronaves tripuladas por control remoto.
En Vigo y su área de influencia, ya son varias las empresas y particulares que se han lanzado a la aventura del dron, en su mayoría relacionados con el sector del audiovisual, al que estos aparatos proporcionan un nuevo marco para captar tomas únicas. Entre ellas, se encuentra Porriño Producciones, pionera en España en el uso de drones para realizar grabaciones, tanto para reportajes sociales como para vídeos corporativos para empresas.
La empresa, fundada por Luis Rodríguez y Pablo Espinosa de los Monteros, es proveedora oficial del grupo Navantia, para el realizan el seguimiento exhaustivo de todo el proceso de construcción de sus buques en Ferrol.
Vigo ya está acostumbrado al visionado de estas imágenes únicas realizadas a vista de pájaro —y no solo por la grabación tomada recientemente por una gaviota en Cíes—, ya que en el año 2012 se pudo disfrutar de esa espectacular visión en el festival de la cultura y el deporte urbanos O Marisquiño, Las imágenes fueron grabadas con un Oktokopter por Porriño Producciones ante la mirada atónita de más de 100.000 espectadores durante el desarrollo de estas pruebas. Este año, según anunció esta misma semana el Ayuntamiento, la experiencia se extenderá a la procesión del Cristo de la Victoria, con lo que esta multitudinaria manifestación religiosa contará con un punto de vista inédito.
pilotos
El desarrollo de la tecnología en el último lustro, con el consiguiente descenso de los precios, así como las posibilidades de empleabilidad, han despertado el interés de numerosas personas por estos aparatos. Sin embargo, para su manejo, se requiere un título oficial de piloto de dron, mientras que además es obligatorio estar inscrito en la AESA para poder operar con él, ya que están sometidos a la normativa de Aviación Civil.
Aerocelta es un aeroclub con más de 25 años de existencia que tiene su sede en el aeropuerto vigués de Peinador y que desde hace dos años ofrecer cursos para la obtención de este título. “Empezamos porque nos requirió la Universidad de Vigo, ya que éramos la única empresa en la provincia autorizados AESA como escuela ATO (Aviation Training Organization)”, comenta Miguel Iruegas, instructor de vuelo de Aerocelta con más de 29 años de experiencia en aviación. “Los aspirantes necesitan un curos práctico y después uno específico para cada tipo de dron, que se lo dan bien el fabricante del aparato o el operador con el que vayan a trabajar”, aclara.
Miguel Iruegas reconoce que el interés por el manejo de estas naves va en aumento. “Recibimos tres o cuatro llamadas diarias todos los días preguntando por los cursos”, afirma, aunque reconoce que aún es mucha la confusión que existe en torno a los drones.
Y si la Universidade de Vigo fue la que propició que Aerocelta se iniciase en este tipo de formación, esta misma se convertía este año en la ha convertido en la primera institución académica de España (y en la segunda institución pública) en recibir autorización por parte AESA para la realización de trabajos aéreos con drones, que en su caso tendrán carácter científico y tecnológico.
