El parque Serra de Enciña da Lastra, que se unirá con el Xurés por un ‘camiño natural’, alberga especies únicas en Galicia

El Mediterráneo se instala en Rubiá

El río Sil recorre el parque flanqueado por los farallones  calcáreos, en el tramo próximo al pueblo de Covas (Rubiá).  (Foto: Luis Blanco)
El parque natural Serra da Enciña da Lastra, además de ser un preciado parque natural, ocupa un lugar destacado de uno de los dos ‘Camiños naturais’ que la Consellería de Medio Ambiente promueve en la provincia. El proyecto recuperará los ‘vellos camiños e corredoiras’, según el director xeral de Conservación da Natureza, Xosé Benito Reza. Situada en Rubiá, en el límite con León, sus características mediterráneas confieren singularidad a Enciña da Lastra. En las 3.151 hectáreas crecen especies como la jara o la lavanda, muy difíciles de hallar en Galicia, al igual que el buitre blanco o el cangrejo de río autóctono.
Los viejos caminos y ‘corredoiras’ de la Serra de Enciña da Lastra abandonarán el estado de abandono en que se encuentran desde que apenas los usan unos pocos vecinos de los pueblos de Rubiá. En octubre comenzarán los trabajos del programa denominado ‘Camiños naturais’, que promueve la Consellería de Medio Ambiente e Desenvolvemento Sostible, en colaboración con el Ministerio de Medio Ambiente, Rural e Mariño.

El programa asignó a la provincia dos de los cuatro trazados previstos para la Comunidad Autónoma. El primero pertenece a la ‘Vía Nova’, la ruta romana que enlazó Braga (Portugal) y Astorga (León), y comunicará los parques naturales de Enciña da Lastra con el del Xurés. El segundo, partirá del campamento romano de ‘Aquis Querquennis’ y finalizará en Foz (Lugo).

Los otros dos ‘Camiños naturais’ discurrirán entre Muxía y Laxar (A Coruña), además de enlazar Cabo Ortegal (A Coruña) con Ribadeo (Lugo).

El proyecto incluye la limpieza y restauración de los caminos, así como de los muros que los flanquean.

Estas labores pretenden acondicionarlos para que puedan ser recorridos a pie, en bicicleta o a caballo y los primeros trabajos ya comenzaron en los parques naturales del Xurés y Serra de Enciña da Lastra.

Las características mediterráneas de este último le confieren un rango único en la Comunidad Autónoma, circunstancia que motivó la apuesta que realizó por él la Consellería de Medio Ambiente e Desenvolvemento Sostible.

El ‘Mediterráneo’ gallego


En el parque natural de Rubiá, que ocupa 3.151.67 hectáreas, los ‘toxos y carballos’ de las comarcas marítimas dejan su lugar a las ‘xaras, tomilleiras ou lavandas. É a intrusión do mundo mediterráneo na Comunidade Autónoma’, declara el director xeral de Conservación da Natureza, Xosé Benito Reza.

Serra de Enciña da Lastra se asienta sobre un suelo calcáreo que favorece la proliferación de cuevas, como refleja el toponó mico de uno de sus pueblos: ‘Covas’. Pero también generó los ‘farallones’ o paredes de roca que bordean el cauce del Sil, formando los denominados ‘Canóns do Sil’.

La rica fauna del parque natural agrupa a unas 200 especies: ocho de peces, 10 de anfibios, 13 de reptiles, 125 de aves y 39 de mamíferos.

En estos montes puede observarse a la única pareja de buitre blanco de la Comunidad autónoma, águilas reales o los halcones peregrinos, entre otras aves. El Sil está poblado por anguilas y bogas, entre otros peces. No muy lejos de su cauce, en el río Galir, Medio Ambiente desarrolla una experiencia orientada a recuperar el cangrejo de río autóctono. La abundancia de caliza favorece su presencia, mientras que el cangrejo americano se hace dueño de otros muchos cauces fluviales gallegos.

Medio Ambiente prepara un plan de uso para la gestión adecuada del espacio


El director xeral de Conservación da Natureza, Xosé Benito Reza, califica al parque natural Serra de Enciña da Lastra como ‘unha xoia dentro do patrimonio natural. Non hai outro lugar en toda Galicia con características mediterráneas’, por lo que es un bien muy preciado que hay que proteger.

Su riqueza, tanto paisajística, como de fauna y flora, es ya conocida por muchos visitantes, fue observada por los 11 grupos que acudieron al parque natural en 2007, con 276 integrantes. A ellos hay que añadir a las 717 personas que acudieron a la Sede-Centro de Interpretación, construido de Biobra. En el 2008, esos datos prácticamente se multiplicaron por dos.

Durante este periodo viajaron a Enciña da Lastra 23 grupos, con un total de 496 visitantes. Además, en el local informativo fueron atendidos otros 1.275. Ello demuestra, precisa Reza, el valor que para los amantes de la naturaleza tiene este entorno.

La gestión del espacio


La declaración de parque natural fue aprobada el cuatro de abril de 2002. A partir de ese momento, Medio Ambiente elaboró un programa de actuaciones encaminado a lograr una correcta gestión del espacio. Lo primero fue construir el edificio informativo-sede en Biobra. Paralelamente, la Consellería realizó la señalización del parque natural, creando 10 rutas de senderismo, con una longitud de 46 kilómetros. Además, construyó siete áreas recreativas y 17 de descanso, estas últimas sobre áreas degradas que fueron recuperadas. Asimismo, varios equipos de investigadores elaboraron diversos estudios cartográficos e inventarios.

En estos momentos, la Consellería trabaja en el plan rector de uso y gestión, así como en la ampliación del parque natural que solicitó el pueblo de Pardollán. También redacta un plan de conservación del río Galir y prepara tres aulas temáticas: del río Galir, de los cortados calizos y de las cavidades cársticas.



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