Su dueño aseguró que al cerrar el local, alrededor de las 2:30 horas, “corría una leve brisa”. No imaginó que una hora más tarde, una fuerte racha de viento fuese capaz de levantar por el aire “hasta las macetas de las sombrillas y los maceteros llenos de piedras del río”.
A las 9:00 horas llegó de nuevo al bar y al visionar “el vídeo de la cámara de seguridad, descubrí que había sido el viento el culpable del estropicio” porque en un primer momento pensó que había sido un acto vandálico. De hecho, la estación meteorológica de A Portela, la de mayor altitud de la zona, registró valores que no superan los 15 km/hora.
Una vecina también confirmó los hechos. “Estábamos durmiendo y sentimos un golpe fuerte, abrí la ventana y vi que el viento levantaba todas las sombrillas y la estructura de la terraza”, relató.