Vayan saliendo, que esta gente tendrá que cenar. El Pazo vivió el último baile del COB de esta temporada 2023-2024. Un curso baloncestístico de muchos altos y bajos, pocos valles, victorias de peso y derrotas que cayeron como un peso muerto. Una campaña cuatro estaciones en la que no faltó de nada. Y, aunque hubo oscuros, el claro más luminoso fue que la permanencia, objetivo total y absoluto, se consiguió con holgura y con tiempo para controlar sofocos y pulsaciones.
La de ayer fue una noche de puertas abiertas en el templo ourensano. Y, para lo que estaba en juego (poco tirando a nada) y la tormenta que amenazaba en forma de nubes negras como el carbón, ni tan mal. Buena entrada, una afición sin presión que solo pedía una cosa: que los suyos dieran la cara.
Como es lo habitual en estas jornadas de cierre, se repartieron aplausos y homenajes. La Peña Os Boinas entregó el Premio Boinas 23-24 como mejor jugador de la temporada a Samu Rodríguez. La otra peña cobista, Enchufad@s, reconoció como “enchufado” del año a Bolong Zheng. Todo, antes de comenzar. Momento en el que también llegaron los aplausos para los excobistas Ander Martínez e Iria Uxía Romarís, jugador y asistente del Gipuzkoa.
Presidió el partido una pancarta que pedía la renovación de Mendikote, hubo actuaciones al descanso y los concursos de tiro habituales. Pero también más abrazos que de costumbre, con aroma a un “hasta pronto” que iba a llegar en cuestión de minutos. Las conversaciones en la grada y los baños (donde también se cuecen habas) mezclaban análisis del pasado con predicciones de futuro.
El partido, aún con las bajas conocidas en ambas escuadras, dejó ver porque un equipo se codea con los nobles y peleará por el ascenso, y al otro no le dio. Poco a poco, con más acierto exterior y un contraataque afinado, el Gipuzkoa fue metiendo tierra de por medio para dejar en nada un buen arranque del COB. Cuando cerca del final hubo un arreón ourensano hasta colocarse a tiro de dos posesiones, los vascos tuvieron el as para matar al tres.
Ahí ya el pueblo había coreado el “Bolong Zheng”. El chino saltó a la pista y no tardó en lanzar un triple, pero esta vez no hubo suerte. No sumó puntos, sumó sonrisas. También Javier y Santiago González, los júnior gemelos, vieron recompensado su trabajo en los entrenamientos de esta campaña saliendo a jugar en el tramo final. De bien nacido es ser agradecido. Y eso lo sabe Félix Alonso.
El entrenador. ¡Ay el entrenador! Aplaudiendo a la grada tomó el leonés el túnel de vestuarios. Como se dijo en el programa Zona COB de Telemiño, esta ha sido su despedida, su último partido dirigiendo al equipo. Llegó un uno de enero para solventar una situación complicada (básicamente, un marrón) y año y medio después se marcharía con el trabajo hecho y el respeto del cobismo. No hubo acuerdo para prolongar la vinculación y ambas partes tomarán un nuevo camino.
Porque, aunque las despedidas en el ambiente, la noche de ayer también sirvió para decirle “hasta luego” a algunos jugadores. Javi López, Romaro Gill y Samu Rodríguez están renovados y volverán a vestir la camiseta cobista en unos meses. ¿Se ampliará la nómina? Los despachos dictarán sentencia.
El verano ya está aquí llamando a la puerta. Las chanclas, el bañador y la crema solar están calentando para salir. Es el momento de analizar lo que acaba de pasar, lo que se hizo bien, mal y regular, y tratar de potenciar y corregir respectivamente de cara a la próxima temporada. Los play off tocará verlos por la televisión. Otros preferirán desconectar hasta que el nuevo proyecto reclame su atención. Serán días y semanas de rumores sobre la pista y los palcos, de cabreos preventivos e ilusiones justificadas o injustificadas. Porque de eso va el deporte. Se acaba de cerrar un capítulo y ya hay que poner las primeras palabras del próximo. El COB 23-24 ha muerto, ¡larga vida al COB 24-25!
