Cartas al director

Pablo Casado, The Big Roadrunner

“No hay cosa que haga más daño a una nación como el que la gente astuta pase por inteligente” (Sir Francis Bacon, filósofo y stadista británico, s. XVI-XVII) 

Este tío debe ser un lumbreras. No se le resiste nada. Fue capaz de aprobar en medio año media licenciatura en Derecho. En pocos días obtuvo un máster en la Universidad Rey Juan Carlos, así como también en la prestigiosa Harvard University-Aravaca. Y la prueba de que es un superdotado lo demuestra que en los estudios de post-grado no ha necesitado asistir personalmente a aula alguna, sin importarle quien fuese el profesor tutor. 

Con tal expediente académico, que bien podría hacerle acreedor a un Premio Nobel, no es de extrañar que la política le brinde alcanzar las mayores cotas de gloria. Política a la que ha dedicado 30 años de su vida, a pesar de contar con 37 años de edad. Ya le había entrado el gusanillo politiquero en el útero materno.

Ahora, le ha llegado la oportunidad de demostrar una valía que muchos dudaban de ella. Su amado partido político llamó a las urnas a los militantes para la elección de un nuevo líder, tras la trotada a Santa Pola de M. Rajoy. Avezado en el campo de obtener títulos académicos, ganar las primarias era pan comido.

Y tal que así fue. Cara al sol de esta “España de balcones y banderas”, esta camisa nueva afrontará el reto de regenerar su organización, valiéndose, con un rapto de generosidad, de camisas viejas. Lavadas con Ariel dan el pego, ni aunque algunas tengan la mancha de reprobación del Congreso de Diputados (Catalá, Zoido). Les va a regenerar como, también, a las ex-ministras del marianismo (Montserrat, Tejerina). 

Y para darle gloria a la patria que viaja sobre el azul del mar, atestado de gaviotas, y el camino del sol, su reto inmediato será la ocupación del Palacio de La Moncloa. Quizás mayores retos le esperen en un futuro a medio plazo. Corre a velocidad de vértigo por los caminos de la vida.

Aficionado como soy al cómic, mi mente le equipara al Correcaminos, aquel famoso personaje de plumas, creado por Chuck Jones para Warner Brothers en la serie animada del Correcaminos y el Coyote. Como quiera que domina el idioma inglés, vengo a llamarle The Big Roadrunner, al que jamás dará caza el coyote, por mucho que éste se urbanice al morar en un cubículo madrileño por los pagos de Ferraz. 

Que se olviden aquellos que hablan de no sé cuantas fosas por aquí, por allá, quienes intenten romper la Patria, aquellos hijos de rojos revanchistas. A España la Providencia Divina le ha concedido un nuevo caudillo. Permítame lector, exclamar, por distopía temida, ¡de lumbreras, liberanos Dómine!