Cartas al director

Cien años acogiendo en Verín

Amig@, “todo es de flores la fiesta,/  flores de finos olores,/ mas no se irá todo en flores,/ porque flor de fruto es ésta”, cantó el poeta. Y lo cantó para un contexto de resurrección y acogida,  y lo cantamos  para la fiesta de los cien  años de frutos de las Hermanitas en Verín.

Cien años llevan las Hermanitas compartiendo en Verín sonrisas sinceras, flores abiertas, claros olores y frutos reconfortantes. Lo sé porque pasé por esta casa en algunas ocasiones, porque en su casa de Foz trabajé durante seis floridos años. Lo sé porque las veo en Ourense, Verín, Carballiño, Santiago, A Coruña, Lugo…; y las veo, siempre, con la flor de la sonrisa en sus labios y el fruto de la acogida en sus manos. 

Las manos de las Hermanitas, que en sus casas cuidan a los ancianos, son manos de jazmín y de nácar;  manos que cuidan el jardín de las flores que enmarcan sus casas; manos que cuidan el jardín de las flores que viven en el corazón del anciano. Solo las vemos alegres; pero dentro, trabajan, rezan y cantan, siempre alegres. Con agua fresca y ternura blanca lavan y limpian a los ancianos, como limpiarían a Cristo que vive en los amparados. 

“Cuiden con interés y esmero a los ancianos”, son las últimas palabras que dirigió Teresa de Jesús Jornet  a las Hermanitas, en la España de 1897. Y hoy podemos decir: ¡Qué bien huelen los jardines de su casa de Verín! ¡Qué bien huelen los ancianos rociados con jazmín! Es la “Casa Santa María”  ramillete  siempre vivo, que florece en nuestra tierra con la pujanza de un siglo.

“Saber envejecer es la obra maestra de la sabiduría, y una de las partes más difíciles del gran arte de vivir”. Y los ancianos de la “Casa Santa María” de Verín saben envejecer, y saben vivir con el espíritu joven que les inculcan las Hermanitas; las de la flor de la sonrisa en los labios y el fruto de la acogida en las manos.  

Amig@, tú y yo enviamos hoy, para los días 19, 20 y 21 de este mes de abril de 2018, nuestra felicitación más sincera a las Hermanitas de los Ancianos y a los Ancianos de las Hermanitas, de la Casa Santa María de Verín. ¡Que la fiesta siga aromando, con flores y frutos, la Casa durante otros cien años!