De niños nuestra Laguna nos tenía cautivados por la diversidad y alboroto de múltiples aves migratorias que asentaban nuevas familias y nos enriquecían de otras culturas y costumbres.
Entre ellas no nos dejaba indiferente aquella con una pequeña, rápida e inteligente “anduriña” que día a día se iba integrando a nuestras vidas. Culta, extrovertida, con gracia y sin dudar de sus raíces, esa “anduriña” iba arraigándose en nosotros .
En su casi cincuenta y nueve aniversario levantó su vuelo, dejando estela de tantos gratos momentos compartidos desde aquella ingenua infancia. A pesar de cualquier distancia nunca faltaron, ni faltarán, esos bellos recuerdos que vivimos con ella y seguiremos recordando a nuestra querida “anduriña”.