Cartas al director

El bien y el mal entre rejas

En este momento no sé ni como empezar a escribir un artículo para el periódico, si llega a ser publicado. No por lo mal que pueda escribirlo sino por cómo lo pueda entender los lectores.

Como podéis leer en este artículo escrito de puño y letra en una biblioteca entre rejas, tal y como se titula, quiero reflejar cómo se puede estar si una persona interna como yo en un centro penitenciario, con otras palabras en prisión, es atendida o bien ayudada por equipos competentes o llegar a comprender a los que te quieren ayudar en esta vida sin libertad.

Siempre y cuando abras tu mente y tu subconsciente, por mucho miedo y desconfianza y a la vez inseguridad, no quiere que seas ayudado, pero, a veces tienes que dejarte llevar por algún impulso, o, con otras palabras, tener el valor de afrontar que preso por el delito o delitos que has cometido y dejarte ayudar.

Aunque por otro lado, como bien titulo este artículo, con sinceridad y realidad se pasa mal. Aunque seas ayudado por motivos de consciencia, familiares y a la vez judiciales y muchas veces por abusos e injusticias que ves delante de tus ojos, que eso no es justicia, para mi pensar, es que te quiten la libertad de una manera que realmente no es merecida, o bien con dinero por detrás o amistades o influencias con gente poderosa o simplemente de un nivel que toca la injusticia, pero es mi forma de pensar y mi opinión.

Yo ahora mismo estoy cumpliendo más condenas merecidas por no cumplir con la vida sin drogas y también motivos personales que no son merecidos para mi persona, pero como dice el refrán, a lo hecho, pecho. Nunca le he hecho daño a nadie. En realidad, ante todo sinceridad, sí que he hecho daño a mi familia en primer lugar y a las personas que le he robado, cosa que ahora me doy cuenta que no debía de haber hecho y así ahora estoy pagando dos condenas, el sufrimiento de mis seres queridos y hacia las personas que en su momento le he robado que son ajenas a mi vida.

Con sinceridad, y creo que está muy recalcado arriba, se pasa mal en prisión, hay abusos hacia gente indefensa, ves peleas por un simple café y personas en alguna esquina del patio que no pueden aguantar lo que han hecho y se derrumban y psicológicamente tienen que ser atendidos por brotes psicóticos, etc,... También en estos momentos, por culpa de una “huelga” de sindicatos de funcionarios del Estado, que quieren llegar a cobrar un dinero que para mí no es tan merecido, cada lector que lo interprete como él quiera. Al final llegaron a un acuerdo con la Xunta de Galicia y eso llegó a crear en el tiempo que no trabajaran algunos funcionarios, atrasos en permisos, terceros grados que la gente (internos) se merecían salir hace tiempo y esto crea ese mal entre rejas. 

Pediría un poco de atención para los internos de Pereiro de Aguiar, que es donde yo me encuentro. Yo habló por mí, aunque no esté pasando ahora mismo un mal momento. Justicia y beneficios y sobre todo igualdad para los que se lo merecen, porque cada persona es un universo diferente por motivos judiciales.

Y con esto quiero acabar y espero que realmente apoyen mi artículo, mis comentarios, hechos desde una biblioteca penitenciaria, en un módulo de destinos y con el corazón en mi mano quiero decir: Libertad.

Postdata: El mejor escritor y paisano, Jaime Noguerol