Cartas al director

Obituario | Adiós tío Manolo (A Don Manuel Vázquez Álvarez Iglesias)

Cuando la vida llega a su fin todos lloramos, pero quizá la vida finaliza mucho antes, cuando nos despreocupamos y desaparecen de nuestros días personas a las que queremos, y que tonterías surgidas en el camino, han pesado más que años de unión y juegos.

Ahora recuerdo mi niñez compartida contigo, cuantos días, cuantas horas de complicidad entre “hermanos” que buscan lugares y situaciones sólo para ellos, la alameda, los helados, las palabras que tanto enseñaban, la primera grabadora.

Además eras nuestro Tío Manolo, eras la persona a la que se podían confiar nuestros secretos, fantasías, necesidades…

Cuantas mañanas pasadas en Maristas para cumplir tus obligaciones, luego los tres buscamos horas de disfrute en lugares escogidos.

Los días en Coruña forman parte de la felicidad de aquellos tiempos. Éramos “Los sobrinos del Padre Manuel”, voz de alerta puesta en voces que anunciaban la visita de los gemelos. Allí llegábamos y éramos parte integrante de una vida dentro, pero sin pertenecer. Éramos y seremos siempre ese par de “iguales” que se paseaban y adentraban en todas las estancias de un recinto reservado a unos pocos.

Nos quedamos con tu tiempo, tu sabiduría, tus enseñanzas, tu presencia en nuestras vidas, y te damos las gracias por tantos años de hermandad

Tus hermanos recuerdan tu niñez pasada en soledad, en lugares en donde hacerse mayor era una religión y una obligación.

Te has ido, te has ido en busca de Carlos porque los dos os necesitáis.

Tus obras en manos de aquellas personas que siempre creyeron en ti, formarán parte de tu recuerdo, y recordando viejas frases aplicadas a seres queridos en su momento, “ ahora permanecerás en el corazón de todos nosotros”.

Después, la vida cambió y tomaste decisiones que trajeron al mundo seres queridos y buscados, pequeños a los que criar y entregar experiencias, unas veces aplicadas, otras veces olvidadas, pero siempre entregadas con el ánimo y la fuerza que en ti era innata.

Y llegando al final, cuando tus dudas asaltaban los fuertes de tus convicciones, encontraste compañías que ayudaron a que la vida pasase, y te llevase a puntos donde se complica el ánimo y la ilusión.

Aquellos que hemos podido compartir contigo experiencias y vivencias, solo podemos agradecer todos esos momentos para el recuerdo que has dejado en nosotros y nuestros corazones, y que en ellos siempre permanecerá un poco de ti y tu esencia.

Descansa en paz.