Cartas al director

Los tuits de Zapata

Reabrir, después de ser archivado por tercera vez, el caso de la chirigota de Guillermo Zapata (un tuit del año 2011 rescatado de la red social por un usuario) está más cerca de la inquisición, la venganza y el odio que de la justicia. Es una forma tan obstinada como tendenciosa de retorcer el Código Penal, que acaba desacreditando e instrumentalizando a las altas instituciones. Como si no fuera ya suficientemente lenta y muchas veces carente de recursos la justicia, como si no hubiera infinidad de casos más importantes y apremiantes a los que dar salida, que además se acaba cargándola con sumarios llenos carnaza, morbosidad y fruslería, más propios de los pestilentes platós televisivos.

Pues venga, otra de despilfarro, luz y taquígrafos, dietas, taxis, policía, alguaciles, aire acondicionado, secretarios y demás parafernalia para darle (por enésima vez) pábulo al recurso de Manos Limpias contra la última decisión del archivo del caso, amparada por la ojeriza y el sesgo ideológico de los ínclitos magistrados Enrique López y Concepción Espejel.
Y sobre todo, es muy inquietante que detrás de estas argucias (no olvidemos, de exacerbado interés político para el Grupo Municipal en el Ayuntamiento de Madrid, encabezado por Esperanza Aguirre) esté un pseudosindicato que tiene a su presidente enchironado por presentar y retirar demandas “prêt-à-porter”, y a dos jueces que recientemente han tenido que ser apartados de los casos Gürtel y Bárcenas (a los que ellos se agarraron como un clavo ardiendo) por manifiesta afinidad y complicidad con el Partido Popular. 

En el siglo XVI, de boca del Guzman de Alfarache nos instruía Mateo Alemán con una premonitoria sentencia: Dios te libre de jueces con la Ley del Encaje, del escribano enemigo y entrámbos cohechados. Pues eso, que en estas estamos.