Cartas al director

El futuro político de españa

Que la aparición del fenómeno “Podemos” atrae, es una evidencia innegable tal como quedó demostrado con los resultados obtenidos en las pasadas elecciones al Parlamento Europeo. No obstante, el impacto no ha causado el mismo efecto en toda la sociedad, y una gran parte de ella ha preferido ignorar y considerarlo como un movimiento asambleario, que hábilmente y durante varios meses ha venido vendiendo Pablo Iglesias en las numerosas tertulias políticas de radio y televisión en las que ha participado.

El objetivo de Iglesias, aparentemente, parece estar claro. Consiste en continuar manteniendo su discurso hasta el 2015, estructurar el partido y participar con Podemos en todos los procesos electorales que les sean posibles. Se ha comprobado que desde la irrupción de este mesiánico personaje en el mundo de la política, existen varios partidos, constituidos hace años, que los medios de comunicación ignoran olímpicamente, tal como es el caso de UPyD, Ciudadanos e incluso Izquierda Unida (IU), que únicamente es citada para comentar los desprecios que recibe de Podemos o los votos perdidos a favor de la nueva formación.

Es muy posible que tras la celebración de las elecciones municipales con la participación de Podemos y conocidos los resultados, actúen como elemento clarificador de la compleja situación política española. Las duras medidas impuestas por Rajoy para superar la crisis, reforma laboral e incumplimientos programáticos del PP, unido a una insufrible presión fiscal, sin duda han provocado un lógico incremento del voto de la izquierda radical que están reflejando los sondeos de opinión y un desnortado PSOE, circunstancias que contribuirán al fraccionamiento del voto, lo que generará que en las municipales del 2015 se produzcan pactos de todo tipo entre el PSOE, Podemos, IU, nacionalistas gallegos, con tal de impedir que gobierne el PP.

Al partido Popular se le presenta un escenario muy complejo. Si no logran un buen resultado en las municipales lo pasarán muy mal en las restantes votaciones. Rajoy se empeña en limitarlo todo a los datos macroeconómicos y al lento descenso del paro y eso es insuficiente. En España los desempleados todavía se cuentan por millones, la juventud preparada se ve obligada a abandonar el país y en algunas regiones la situación es desesperante. Nuestra economía ya alcanza al 98,4% del PIB y la deuda sigue creciendo y no se reducen los gastos de las diferentes administraciones. El presidente del Gobierno se niega a hacer ajustes en la estructura del Estado dado que tales acciones son impopulares y provocarían la pérdida de votos, algo que cada día le acercará más a la profecía que pesa sobre él de no alcanzar una segunda legislatura.