Cartas al director

Primarias a la española, todo un ejemplo de democracia interna

¿Alguien se imagina al taciturno portavoz del grupo parlamentario del PP, Rafael Hernández, comunicando a los medios que la formación popular hubiese decidido adoptar un sistema de primarias similar al de Podemos? De inmediato la dimisión del presidente sería exigida por todos los partidos del arco parlamentario y tanto insultos como descalificaciones llegarían hasta Sebastopol. Pues bien, nada de eso ha sucedido en el partidos de los lilas (morado en fino), cuya Ejecutiva, léase Pablo Iglesias, haciendo caso omiso de la fuerte polémica suscitada por el calendario y método, decidió seguir adelante con el proyecto y ni se molestó en facilitar la más mínima explicación sobre el mencionado y democrático sistema.

A continuación, la dirección de Podemos, se limitó a tomar buena nota de los discrepantes para que en su puñetera vida ocupen ni accedan a ningún carguito del más mínimo rango. Al parecer, el colectivo de disconformes pretendían, ilusos ellos, que el proceso proporcionase algún tipo de confrontación entre los candidatos, lo que supondría que peligrase el grupo  tutelado, algo que lógicamente jamás fue contemplado por los dirigentes del partido. Iglesias tiene muy claro que para poder gobernar en el futuro, los puestos de salida en las listas electorales al Congreso deben ser de su total confianza.
Ante tan incongruente postura, las bases, para demostrar su disconformidad, optaron por la abstención, lo que provocó que de los 375.000 simpatizantes llamados a votar, solo lo hiciesen 57.000, que supuso un ridículo 15,2%. El menor porcentaje de todas las convocatorias realizadas por Podemos hasta la fecha. No obstante, de los que si asistieron a votar, algo más de 48.000 apoyaron al líder (93%), pura y dura “mayoría