La Santa Sede, según el actual prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, "considerada la Teología de la liberación con una de las corrientes más significarivas de la teología católica del siglo XX", tras la publicación de un volumen suscrito por él y el padre Gustavo Gutiérrez, padre de esta telología. "El certificado de validez llega directamente del custodio actual de la ortodoxia cotólica", arzobispo Gerhad Ludwig Müller. El volumen "hoy irrumpe como un acto para clausurar las guerras teólogicas del pasado y los residuos que de tanto en tanto brillan para esparcir alarmas (sin fundamento doctrinal), que representan ya intereses, ya pretextos, como en los años 80, siguiendo el impulso de Juan Pablo II (contradiciendo su discurso en Brasil) y las exigencias del entonces prefecto cardenal Ratzinger". (Consúltese en internet "La Teología de la Liberación en L´Osservatore Romano").
En el lenguaje pedagógico del papa Francisco, "se acabaron los bastonazos inquisitoriales" y la "mundanidad de rechazar la profecía de los hermanos y descalificar a quien nos cuestiona y destacar constantemente presuntos errores ajenos" ("Evangelli gaudium", sobre todo en el número 97). Por cierto, el papa se refiere a la soberbia, ya que dice que esas descalificaciones se hacen "desde arriba y desde lejos". Es increíble que se haya descalificado, por ejemplo, la profunda y rica cristología de la obra de Jon Sobrino "La fe de Jesucristo. Ensayo desde la víctimaas" (Editorial Trotta), que habrá que divulgar.
