Cartas al director

Primaria no es la universidad

Llega el calor, el verano está cerca y el curso escolar, por consecuencia, finalizando. Llegan los exámenes finales en el colegio, y empiezan los agobios.

Hoy en día, muchos niños practican actividades extraescolares, ya sea algún deporte, tocar algún instrumento o ir a teatro, pero son pocos los niños que después del cole llegan a sus casas y se pasan allí toda la tarde sin hacer nada durante toda la semana.

Llega el calor y llegan los exámenes, y con ello se empieza a dejar de asistir a dichas actividades extraescolares en las que estos niños y niñas participan. 

Estamos hablando de primaria, de niños de entre 6 y 12 años, de exámenes relativamente sencillos, no estamos delante de un doble grado en la universidad. Si se permite a los niños dejar de asistir a sus actividades extraescolares por estudiar un examen de primaria, si ellos adaptan a su mentalidad que cuando hay examen no se puede hacer nada aparte de estudiar, que el deporte, o la música, o lo que sea, no se puede compaginar con los estudios de primaria, ¿cómo se sentirán cuando cursen secundaria? Si en primaria ven que sus padres les permiten no ir a sus actividades extraescolares porque aceptan que los exámenes implican un tiempo que las actividades extraescolares no otorgan, ¿qué harán estos niños y niñas el día de mañana, cuando el nivel de exigencia sea mucho mayor?

Al permitir este tipo de comportamientos por parte de los padres, damos a entender a los jóvenes que los estudios no se pueden compaginar con otras actividades, llegando al punto de que, de seguir así, a medida que la exigencia aumente, su vida disminuirá, no se verán capaces de sobrellevar de manera cotidiana los estudios y la vida fuera de los estudios.

Hay que reflexionar sobre el tema, estamos hablando de primaria, no de que con 6 o 12 años estén cursando un doble grado en la universidad.