Cartas al director

La indiferencia

Sorprende como en la “sociedad de la información”, con abundantes revistas y periódicos, tantos canales de televisión y emisoras de radio notificando sucesos masivamente, la sociedad se ha insensibilizado ante hechos que en otras ocasiones impresionarían fuertemente a los ciudadanos. La técnica de “informar” desinformando suele ser muy socorrida. La sensibilidad no se está quieta ante el dolor o la desgracia. ¿Se han embotado los ciudadanos? La indiferencia se queda con los brazos cruzados, va a los suyo, sigue su camino, pase lo que pase a su alrededor.

La indiferencia ante la violencia y el sufrimiento añade algo que lo hace más hiriente. No solemos pensar lo necesario que es estar siempre atentos al sufrimiento, de manera que jamás quedemos indiferentes ante el dolor, la soledad, la indignidad que pasan los demás. El que esta atento al sufrimiento, a la felicidad o a la desgracia de los otros, ése es el que organiza su conducta más que en el cumplimiento del propio deber, en la satisfacción de la necesidad del que lo pasa mal o del que se siente feliz porque lo pasa bien.

La violencia en todas sus formas nos aterra. Hemos hecho un mundo tan violento que si no fuera por la anestesia social no podríamos soportarlo. De ello se encargan de manera eficaz algunos medios de comunicación. Pero la indiferencia de los indiferentes no es menos violenta que la violencia de los violentos. Lo que más tortura es que el mundo ha desterrado el sentimiento de compasión y lo sustituye para conseguirlo por la intrascendencia del dolor y crea una muralla de indiferencia

La “violencia” de los pobres, de los refugiados, de los marginados sólo puede corregirse a través de la conciencia del significado operativo del dolor que inflige todo tipo de violencia. Nos quejamos de que nuestro mundo es violento. Pero son muchos los que no caen en la cuenta de que la mayor violencia está en quienes se ven a sí mismos los mejores porque ellos no matan físicamente, pero con su indiferencia crean el clima para la violencia.