Cartas al director

Las paredes de las aulas

Para “Toñita” maestra de Villar de Barrio recientemente fallecida.

Los maestros tienen la gran tarea de enseñar humanismo a partir de un mundo extraño y hostil. Es una utopía “realizable”

Podríamos dividir a los maestros en dos grupos: aquellos que tratan de comprimir el mundo en el aula y la de aquellos otros que hacen del mundo un aula. Trataban los primeros de comprimir en el aula todo lo que sucede en la sociedad. A pesar de los medios de comunicación de ampliar las relaciones con el exterior, esa opción se manifestó pronto como insuficiente.

Alfieri, político y pedagogo italiano, propuso que la sociedad fuera la educadora. Lo que más rápidamente cambia es el conocimiento. Preparar para la vida significa preparar para estar en condiciones de aprender constantemente a ser sensible a los cambios. Prepararse para poder adaptarse a un mundo inestable, en el que los horizontes no tienen una definición precisa, en el que las incertidumbre nos agobian. Una sociedad que educa es una sociedad que incluye al ciudadano en todos sus proyectos y trata de capacitarlo para activarlo para mover todas las dificultades.

Una sociedad que educa es, sobre todo, una sociedad que incluye y no separa. Y para eso hace falta más compromiso y menos delegar en otros las propias responsabilidades. Hace falta fortalecer el sentido de lo público, el perfume de la comunidad. Ser sociedad educadora nos llama con insistencia a un esfuerzo de resistencia a las mareas de privatizaciones, al culto al individualismo neoliberal. Las movilizaciones de hoy están cargadas con el signo de la resistencia. En el rechazo va implícita la demanda de otro modelo de sociedad, de ciudad, de desarrollo.

La educación convoca y provoca a la acción transformadora de Sócrates. El educador está empeñado en enseñar a parir nuevas maneras de relacionarse con el mundo. Es una utopía que se propone seguir avanzando. Un ideal emancipador, que adopta una mirada problematizadora en el sentido de querer ver los problemas para gestionarlos y permitir que surjan nuevas energías. El educador pertenece al sistema pero quiere con todas sus fuerzas cambiar el sistema por insuficiente y sectario.