Quizás este artículo no llame tu interés o no seas capaz de mostrar la empatía suficiente por la juventud española. Acostumbrados a hablar de los jóvenes como aquellos gamberros, maleducados y muy recientemnete alcohólicos, parece que la educación queda fuera del orden del día.
Estudiar para un examen y no lograr la nota que esperabas, desquiciarte porque no consigues memorizar "esa frase", hacer esquemas, resúmenes, subrayar... para acabar tirando todas esas hojas a la basura...
Mi esfuerzo no es el número rojo escrito en el examen, que te va a hacer "válido o no válido" para seguir adelante en esta carrera de memorización.
Gracias por convertirnos en zombies haciéndonos tragar carillas y carillas para olvidarnos de ello en dos días; gracias por hacer de bachiller, y en especialmente del segundo curso, los años con más agobio de nuestras vidas por una mísera nota (de la que dependerá en gran medida nuestro futuro) y gracias por juzgarnos por nuestra habilidad para tragar y vomitar temarios.
¿Sabes que le digo a tu nota y a tu sistema educativo? Que quizá no es lo suficiente válido para decidir si el día de mañana soy diseñador, médico, barrendero o astronauta. Quien decide mi futuro soy yo, así que "señor sistema educativo" no actúe como un colador dejando los desperdicios fuera, porque ninguno de nosotros lo somos.
