Cartas al director

OBITUARIO | José Iglesias Rodríguez, "el Zorro"

Vivió como murió, silencioso

Siempre le gustó llevar la contraria. José Iglesias Rodríguez, "el Zorro", como lo conocían sus compañeros y los de la cuadrilla de los Vinos, no era de llamar la atención. Le gustaba escuchar, pero no daba su brazo a torcer. Donde todos veían blanco él siempre veía negro. Era parte de ese fino humor que le caracterizaba. Tanto fue así y tan bien se le daba que esa sana costumbre consiguió derrotar a quien se lo quiso llevar antes de tiempo, hace ya una quincena de años. Al cáncer también le llevó la contraria y lo superó con las ganas de vivir que demostraba. Después le ganó la batalla a su propio cuerpo, ese que parecía que se lo quería llevar en los últimos años. Pero ni aun así. Desafió los plazos de los médicos y hasta casi el último día se mantuvo en pie. No dejó de salir, ir a los bares y leer a su cronista favorito de La Región. Ese periodista, su nieto Brais, cuya sola aparición en el periódico fueron un motivo más que suficiente para que se levantase cada mañana con ganas de salir a la calle, llevándole la contraria también a su propio cuerpo.

Sus nietos recordaremos siempre de él lo que le hacíamos de pequeño. Adán y Brais, y también Juan y Pablo. Ese juego de bromas y vaciles mutuos que siempre llevó con resignación aunque no le hiciesen ni pizca de gracia. Sabemos, porque la abuela Olga siempre se encargaba de recordarlo, que nos quería mucho, mucho.

¿A quién no quería él? Nunca un problema tuvo, nunca un enredo con nadie. Era tranquilo, silencioso y dicharachero. Histórico de A Carballeira, aunque ahora residente en A Ponte por causas de la vejez, en ese barrio, junto a la abuela Olga, fue capaz de sacar adelante a cuatro hijos que hoy son capaces de mirar a la vida de frente, como su padre siempre hizo, hasta el final. 

"Desde Seixalbo hasta Barbadás, abuelo Pepe, corazón santo tú reinarás", ese himno que tú creaste y solo tú sabías qué significaba. Como reinaste de funcionario en Iryda (bregando en la dura etapa de la concentración parcelaria) o de contable en Vinos Barco. Conocido en sus rutas de amigos también como el "bicarbonatos", por ese vicio de tomar esos polvos antes de echarse un vino a la boca. Tenía cosas que nadie sabría explicar. Quizá solo lo hacía por llevar la contraria. 

Te queremos