Opinión

Ourense y su Campus

El campus de Ourense (ALFREDO TEJA)
photo_camera El campus de Ourense (ALFREDO TEJA)

La ubicación del Campus de Ourense dentro de nuestra ciudad se puede calificar de estratégica y privilegiada. A diferencia de otros Campus universitarios, como el de Vigo o A Coruña que se ubican alejados de la trama urbana, el Campus de Ourense se sitúa dentro del suelo urbano, a escasos minutos de diferentes puntos de la ciudad. Esto debería de suponer un valor activo para la ciudad y la universidad al facilitar sinergias y relaciones que apenas vislumbramos.

Como saben, nuestro Campus se sitúa en dos espacios claramente diferenciados, por un lado el situado en la zona de As Lagoas, y al que se le llama, aún no sé muy bien porqué, Campus Norte, y por otra banda, el situado al otro lado de la carretera OU- 536, de más reciente creación y al que se le denomina Campus Sur.

Mientras que nuestro Campus más histórico, el de As Lagoas, se encuentra insertado dentro de la malla urbana de la ciudad, el Campus Sur se sitúa en un espacio de borde, al otro lado de la carretera OU-536. Ambos espacios, muy diferentes entre sí, se caracterizan por unas edificaciones que en general presentan una elevada calidad arquitectónica, acompañadas de unos generosos y frondosos jardines que de manera continua van envolviendo todo el espacio universitario de un fresco color verde. En nuestra mente están, entre otras, las edificaciones que albergan el Campus del agua, la maravillosa biblioteca Rosalía de Castro, la coqueta guardería infantil o el edificio para la piscina universitaria.

A pesar de esta acertada arquitectura, de sus agradables espacios exteriores, y de su situación estratégica en la ciudad, la relación, comunicación y conexión entre estas dos partes del Campus y por ende del Campus con la ciudad, es nefasta.

La Avda. Otero Pedraio, que le pone nombre a la carretera OU-536, se configura como una barrera arquitectónica que impide conectar adecuadamente las dos partes del Campus, presentándose como un elemento agresivo y separador entre éste y la ciudad. Es una carretera que canaliza una elevada intensidad de tráfico rodado a altas velocidades, y no un espacio de circulación amable que debería de tener como eje central a las personas y no a los vehículos.

Para salvar esta barrera, hace décadas se construyó una pasarela elevada sobre esa carretera, una pasarela que, intentando ser educado con ella, resulta totalmente inadecuada desde cualquier punto de vista que la queramos ver.

De esta manera, este espléndido espacio universitario del Campus se ha ido desarrollando como una nueva célula dentro de nuestra ciudad, pero de manera independiente. Además, el Campus sigue necesitando espacio para crecer, y en este sentido el planeamiento municipal, en tramitación desde hace ya más de 10 años, resulta ser muy poco ambicioso en este aspecto.

Seguro que son conocedores de que la Xunta de Galicia pretende centralizar todas sus dependencias administrativas que tiene en Ourense. Lo hará sobre unas parcelas que se sitúan entre los dos Campus, y nuevamente al otro lado de la carretera OU- 536, junto a la iglesia de la Asunción. La actuación ya se ha puesto en marcha y en la actualidad se está redactando el proyecto de arquitectura para posteriormente iniciar su construcción.

Se trata de una oportunidad que Ourense no puede dejar pasar para, definitivamente, comunicar todo ese espacio en donde se sitúa la Universidad y en breve la Xunta, con la ciudad.

Una actuación de calado en nuestra ciudad, en donde las administraciones más directamente implicadas en este espacio, Xunta, Universidad y Ayuntamiento, han de estar a la altura y establecer, se me ocurre, un convenio realista y ágil para resolver de manera integral la comunicación de todo ese espacio entre sí, pero también, y sobre todo, con la ciudad, generándose un todo continuo que tenga como eje a los peatones. Sin ninguna duda esta actuación tendrá que pasar por el soterramiento parcial de la actual OU-536.

La interacción entre el ambiente universitario, el ambiente administrativo y el residencial de la zona generará un espacio realmente vivo y rico, sin zonificaciones, formando un todo coherente y potenciando los efectos económicos, sociales, deportivos, culturales y de ocio. A eso, los que estamos metidos en el tema, le llamamos hacer ciudad.

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