Opinión

El espejo fragmentado: los Marranos

El hispanista Bension Netanyahu, padre del actual presidente del Estado de Israel, Bejamin Netanyahu, ejerció como profesor de Historia Medieval en la Universidad de Cornell (Estados Unidos). Su campo de investigación y de enseñanza: la historia de los judíos en la España de los siglos XV y XVI. Editor de la Enciclopedia Hebrea destacan sus estudios sobre la historia judaica. Nacido en Varsovia bajo el control ruso, su padre fue un destacado rabino y un ardiente defensor del movimiento zaonista. Abogaba por una postura radical -la extrema derecha nacionalista- y por un Israel como nación independiente. Alumno de la Universidad Hebrea de Jerusalén, y siguiendo una práctica entre los judios zionistas, cambio su nombre de nacimiento (Nathan Mileikowsky) por la versíon hebrea de Netanyahu. Emigrado a Estados Unidos, obtuvo su doctorado en el Centro de Estudios Avanzados Judíos de la Universidad de Pensilvania. Basó su tesis en la figura de Isaac Abarbanel (1437-1508), un erudito judío que se opuso, en 1492, a la expulsión de España de su pueblo.

Netanyahu, padre, fue un ardiente defensor de la institución de un Territorio Integral de Israel (Greater Israel). Es decir, asumir las fronteras bíblicas de Israel, ya establecidas en el libro del Génesis (15:18-21). Relata el pacto de Dios con Abraham: “Ese día, Yahveh hizo un pacto con Abraham, y dijo: ‘A tus descendientes les doy estas tierras, desde el río de Egipto hasta el río Éufrates’”. Y al igual que el padre, el primer ministro de Israel pasó una larga temporada en la zona de Boston. En el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) se graduó en Arquitectura y Administración de Empresas. Siguió a la vez cursos en Ciencias Políticas en Harvard. 

Benzion Netanyahu fue reconocido dentro del hispanismo académico como un gran experto en la España medieval judía. Su texto de referencia, los Orígines de la Inqhisicón en la España del siglo XV. Riguroso en el manejo de las fuentes testimoniales, prueba cómo los Marranos (judeoconversos) se convertían al cristianismo no por temor a ser denunaciados por seguir en secreto sus prácticas religiosas sino por su deseo de integrarse en la sociedad cristiana. Degeneró en un arraigado sentimiento sobre la “limpieza de sangre”, que perduró a lo largo del siglo XX. Américo Castro, en otro famoso texto, De la España conflictiva, afirma y defiende que la vida española fue un trenzado de la convivencia y de la pugna de tres castas: la de los cristianos, la de los moros y la de los judíos. 

Basado en documentos de la Inquisición, Benzion Netanyahu concluye que los marranos no vivían una doble vida en tiempos del reinado de los Reyes Católicos. Su exclusión era por su raza, no por su religión. Su estudio, -mil cuatrocientas páginas-, es considerado como una brillante revisión en los estudios sobre la Inquisición. El vocablo marrano asumía, de forma peyorativa y extensiva, a todos los judeoconversos y a sus descendientes como cristianos fingidos. El docto israelita murió a la edad de ciento dos años en su casa de Jerusalén.

El hispanismo israelí tiene una larga tradición. No en vano los sefarditas expulsados de España, en 1492, llevaron y conservaron su castellano del siglo XV allá donde fueran. Miguel de Barrios y José Penso de la Vega crearon una academia en Ámsterdam y escribieron obras en el brillante español del Siglo de Oro. En la actualidad existen varios medios de comunicación israelíes en español, algunos de larga datación: el semanario Aurora, un periódico digital y tres estaciones de radio. El 2,7 por ciento de los siete millones de habitantes de un país multicultural como Israel conoce el español. Hay también hablantes del judeo-español (ladino) originarios de países del antiguo Imperio Otomano y del norte de África. 

En época más reciente cabe mencionar a  Samuel Miklos Stern, descubridor de las jarchas y, entre otros, a Haim Beinart. La expulsión de los judíos en España y su brillante tesis doctoral sobre los juicios de la Inquisición contra los judaizantes de Toledo en el periodo de la expulsión de España (The Trials of the Inquisition against the Judaizers in Toledo in the Period of the Expulsion of the Jews from Spain) consagró su figua como riguroso investigador. Impartió conferencias como profesor visitante en las universidades de Berna, Londres, Princeton, Oxford y dirigió la editorial Magnes Press. En 1981 fue elegido miembro de las Ciencias y las Humanidades de Israel y años más tarde Académico Correspondiente de la Real Acadenia de la Historia; también correspondiente del Centro de Estudios Inquisitoriales de Madrd. Fue investido Doctor Honoris Causa por la Universidad Complutense y la Universidad de Córdoba le concedió el premio de las Tres Culturas. 

(Parada de Sil)

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