Opinión

Las memorias también emigran

Ruth Simons fue la última Rectora durante los años previos a la jubilación de quien escribe. Llegaba de Smith College, una selecta universidad de Artes Liberales (Liberal Arts), situada en Northampton, en la parte central del estado de Massachussets, en un tiempo exclusiva de mujeres, últimamente co-educacional. Por ella pasaron, en su renombrado Departamento de Estudios Hispánicos, Manuel Durán (recién doctorado de Princeton), Juan Bautista Avalle-Arce, especialista en Cervantes; Joaquín Casalduero -aquí concluyó su estudio pionero sobre la figura literaria de Don Juan-. Y tal vez el más destacadoTomás Navarro Tomás cuyos estudios sobre fonética lo marcaron como autoridad internacional. Le sucedió su hija, quien, durante varias décadas dirigió con gran atino el Departamento de Hispánicas, muy estimada por colegas y antiguas alumnas. Entre su profesorado, Katherine Whitmore, el gran amor secreto de Pedro Salinas.

El entorno académico de Smith College es único. Y lo es el área en que está situado. Cercano por una centena de kilómetros cuadrados, se halla la Universidad del Estado de Massachusets, conocida por las siglas de U. Mass; Amherts College a la cabeza en los ranking de Colleges de pregrado, con una impresionante lista de antiguos alumnos, ricos y generosos donantes. Y la casa de la evasiva Emily Dickinson cuya densa obra poética ha sido redescubierta en los últimos años. No lejos Mount Holyoke College por cuyas aulas pasó como profesor Luis Cernuda, huyendo a México de los gélidos inviernos de New England. Y no menos afamado Williams College, rival acérrimo de Amherts, que cuenta con un prestigioso museo de arte moderno (impresionismo, expresionismo). 

Y más al norte, Darmouth College. Destaca su impresionante biblioteca, Facultad de Medicina, Negocios, y un museo digno de visita. Entre sus colecciones los murales de los mejicanos Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Sequeiros. Por Darmouth pasaron los hispanistas Steven Gilman, Elías Rivers, James Crosby, especialistas en La Celestina de Fernando de Rojas, en Garcilaso y Quevedo, respectivamente. Ya más alejado, en el norte del Estado de Vermont, Middlebury College, reconocido por sus activos programas en la enseñanza de lenguas extranjeras. Hacia el sur, no lejos, Trinity College, situado en la capital (Hartford) del estado de Connecticut; Vassar College, en la parte este del estado de Nueva York y cerca de la costa Wellesleyan University, cuyos patrocinadores, la compañía Xerox, fue en sus años dorados una de los grandes impulsores de esta universidad. Tres relevantes instituciones académicas, cercanas unas de las otras, formando un triángulos, se sitúan en la parte este del estado de Maine, al norte de Boston: Bates College, Bodwin y Colby. Y no lejos la sublime Harvard y no menos Yale, su rival.

Tal presencia masiva de instituciones académicas, de prestigio, selectas, con un número cerrado de alumnos, profesorado distinguido, atención esmerada, individual, escaso número de alumnos por clase, constituyen una activa fragua en donde día a día se consolidan y se mantienen los principios democráticos de una población educada, instruida, con una élite que absorbe a los que tienen más y a los que tienen menos. Las diferencias las establecen la capacidad de talento, esfuerzo y disposición social hacia los estudios universitarios. El 30% del presupuesto de estas instituciones (Colleges y Universidades) está destinado a becas para los estudiantes sin recursos económicos pero académicamente brillantes.

La presencia de una Rectora afro-americana, con una lejana ascendencia de esclavos, procedente de la América profunda, que pasando por Harvard y Princeton llega a Brown como rectora, marcó un hito en la filosofía liberal de esta institución. Era la primera rectora afro-americana que llegaba a un cargo académico tan relevante. La avalaban las grandes innovaciones y los nuevos programas pioneros que había creado a su paso por Smith College. Venía a Brown para quedarse, declaró en una ocasión. Así fue. Y tuvo la valentía de remover los cimientos que ayudaron a costear los inicios económicos de la universidad: el comercio de esclavos que manejó la familia Brown, con una larga presencia en Providence y en las esferas del poder del estado de Rhode Island. Revolver el pasado era como abrir la mítica caja de Pandora. Lo hacía la máxima autoridad de una universidad fundada en 1764. Era como sacar las vergüenzas al aire. La rectora Ruth Simons era biznieta de esclavos. En 2006 creó un Centro de investigación y estudio de Esclavitud y Justicia. Reparaba la gran deuda social de la institución académica que dirigía De la mano la Verdad. La frase only in America (solo en América) se podría trasladar a only in Brown. 

(Parada de Sil) 

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