Continúa el espectáculo. Se han enzarzado en medio del terreno de juego del socialismo ourensano y ahí siguen. Enconados en la reyerta desde el viernes, 13 (diciembre de 2013). A lo tonto, tontísimo, ha pasado ya casi un mes y los que tienen algo de mando y/o influencia en el PSOE ourensano siguen comunicándose con exabruptos, codazos, zancadillas, pataditas, un dedito en el ojo, un sopapo en el cogote... Ya sabe, lo normal en las peleas entre familias cuando explotan las desavenencias no resueltas. Se conocen tan bien, han forzado tanto la convivencia por conveniencia que ahora que ha estallado la tensión no hay mediador que los pare. Ni hay dolor. Se lo pasan pipa repartiendo. Y, por lo visto, así seguirán hasta que hayan matado el estrés, hasta que no quede nada que romper. La pena, esa parroquia socialista que observa el circo desde la grada. Incrédula, impotente, con vergüenza ajena.
