Quienes hoy claman contra la supresión de los juzgados de las villas que la justicia exige proximidad con el ciudadano. Incontestable. Las estadísticas, esos informes de hielo de los que se valen los gestores para justificar los recortes de servicios esenciales, reflejan colapsos en los juzgados centrales. Es fácil comprobarlo con ejemplos en el día a día del Pazo de Xustiza: hace menos de una semana llegó a juicio un accidente laboral ocurrido hace once años. No se entiende, por tanto, con qué criterio se presenta esta revolución, por reducción, del mapa judicial. Es una prueba más de lo alejados que viven los representantes públicos de sus administrados, sobre todo de aquellos que viven provincias como Ourense están condenados, para acceder a servicios y derechos esenciales, a viajar cientos de kilómetros. Por carreteras cada vez más descuidadas y sin transporte público.
