Opinión

LA HISTORIA SE REPITE

Se acercan las Navidades, y con ellas afloran a nuestra mente agridulces recuerdos, como el que inspira este comentario: una fotografía de un grupo de mujeres recogiendo las “bolsas” que entregaba el Ayuntamiento de O Barco a los “pobres de solemnidad”. El dramatismo de la foto, la tristeza profunda de los rostros de estas mujeres fuertes, sus manos callosas aferrándose al paquete recibido, solo son comparables con los que pueden verse en una película de Buñuel.

Campaña de Navidad y Reyes 1965-66. En acta de la sesión de la Jefatura Local del Movimiento, de fecha 14 de enero del 66, se recogen los siguientes datos: los pobres de solemnidad del municipio que fueron socorridos suman 112, “habiendo sido debidamente seleccionados por la Junta Local. Las bolsas de víveres facilitadas contenían los siguientes artículos: 1 kg. de arroz, 1 kg. de garbanzos, 1 kg. de macarrones, 1/2 de dulce de membrillo, 1/2 de uvas pasas, 1/2 de higos secos, 1 kg. de pan y 1/2 litro de vino. Independientemente, se entregó una camiseta o refajo de abrigo”, todo ello por un importe de 220 pesetas por cada lote. En Reyes se hizo entrega de juguetes y ropas a un total de 50 niños y niñas humildes, oscilando el precio de cada lote entre 150 y 200 pesetas.

Las noticias que cada pocos días recibimos de Cáritas, entidad que viene cubriendo muchas carencias 45 años después, son tan dramáticas como la que relatamos. Centenares de personas que acuden a esta y otras entidades benéficas en busca de algo tan esencial como alimentos, ropa, la renta del piso que no pueden pagar o una ayuda económica para que no le corten la luz, produce un escalofrío a las personas sensibles, muchas veces con tantas carencias como los que acuden pero que no lo hacen porque son “pobres vergonzantes”. A esta situación abocó el despilfarro al que estábamos acostumbrados en este país llamado España, del que decían que era imposible arruinarlo.

Este año, las Navidades van a ser muy tristes para cada vez mayor número de familias. Los padres pasarán hambre para que lo poco que tienen puedan dárselo a los hijos. Pasarán frío, porque se hizo imposible para la mayoría afrontar el gasto de corriente. ¿Qué será de ellas, qué futuro les espera a sus hijos, cómo serán las siguientes Navidades?

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