Opinión

MEISA, ESTACIÓN DE FUTURO

La estación de montaña de Manzaneda tiene futuro. Eso está fuera de toda duda. Es un proyecto ambicioso desde sus orígenes, pero rotundamente viable económicamente y de una importancia social indiscutible, para Ourense y para Galicia. Es cierto que hay problemas que resolver, sin perder un minuto: la incertidumbre y el ruido. Meisa vive actualmente un proceso de necesaria revisión que requiere una reflexión serena pero con acciones rápidas y clarividentes por parte de quien tiene responsabilidades y competencias para hacerlo. Es cierto que este proceso no se ha producido hasta ahora con la velocidad requerida; que la Xunta ha mostrado hasta ahora silencios y titubeos que han castigado los ánimos y abierto debates que lo único que generan son dudas donde debería estar la certeza de que Meisa es una sociedad viable, necesaria y estratégica. Los últimos movimientos certifican que las actitudes han cambiado y que nadie parece dispuesto a repetir errores. Estos desaciertos parten ya del pasado, por acción y omisión, como han sido la falta de inversiones estables para promover la modernización de la estación y su adaptación progresiva a los nuevos tiempos, con necesidades y demandas que nada tienen que ver con las de décadas atrás. Por el contrario se autorizaron en su momento gastos absolutamente erróneos, véase la instalación de unos telesillas que se revelaron inmediatamente como una infraestructura sobredimensionada, y suponen aún ahora una amortización disparatada que lastra las cuentas de Meisa; sin esta carga se corregiría rápidamente el desequilibrio en el balance anual.


También parece aprendida la lección de los errores recientes, como las inaceptables declaraciones de quienes dijeron hablar en representación de la Xunta y pusieron en duda su interés por el proyecto. No ayuda en absoluto la crispación política. Como tampoco es beneficiosa ni, por tanto, interesa la predisposición beligerante de los representantes de los trabajadores -que siempre tuvieron garantizado el cobro de las nóminas- porque no hace más que alimentar la confusión. Hay sobrados ejemplos de empresas y sectores económicos de Galicia que soportan situaciones mucho más acuciantes. La diferencia estriba en que los implicados en ellas mantienen actitudes más reposadas y responsables, y evitan trasladar a la opinión pública mensajes inútiles de inestabilidad. El alboroto innecesario daña el objetivo común, el único objetivo: relanzar Meisa, transformarla en una sociedad moderna y con una cuenta de explotación sostenible. Lo que se impone para ello de forma imperiosa es diálogo, agilidad, coparticipación en las soluciones y apoyo decidido a la estación, partiendo de actitudes resolutivas y ánimo constructivo. Entre todos. Ahora es el momento de establecer de una vez por todas la hoja de ruta para edificar la estación de montaña del futuro. El porvenir turístico de Ourense y de Galicia necesita estímulos, y Meisa está llamada a ser uno de ellos.

Te puede interesar