No se han hecho esperar las críticas a Vicente Del Bosque. Ha empezado la transición de España y la derrota ante Francia en un amistoso en Saint-Denis ha abierto la caja de los truenos para golpear al seleccionador todos los que estaban esperando este momento. Se han olvidado las glorias pasadas y hasta que no se sumen nuevos éxitos o convezca el juego del equipo, me da a mí que Vicente se va a convertir en el muñeco del ‘pim pam pum’.
Algo de culpa tiene, por supuesto, pero creo que es demasiado pronto para empezar a cuestionar a la nueva generación. Francia no es ningún caso una perita en dulce y la derrota del pasado jueves es hasta normal. Ahora, en el partido de hoy ante Macedonia en la fase de clasificación para la Eurocopa es donde se tiene que ver si hay potencial.
Eso no quita para que no se entiendan bajas como la de Mata, Piqué u otros jugadores aún en edad de aportar a la selección. Muchos que han hecho de La Roja una leyenda ya no están, pero es de justicia dar tiempo al equipo y volver a poner las piezas en su sitio. Es cierto que la falta de gol es alarmante y que Diego Costa no encuentra su sitio, pero para forjar de nuevo la leyenda lo que se necesita es tiempo y, sobre todo, calma. Muchos no la tienen, pero Vicente sí, y esa puede ser la clave para volver a soñar.