Opinión

Vuelve el ladrillo

Así  es, y vuelve por sus fueros, aprendiendo de los errores cometidos y a pesar del lastre que suponen administraciones ineficientes, ineficaces, lentas y que en ningún momento han apoyado a un sector que vuelve a generar empleo por sí mismo. Y a pesar de los Martinez Pujaltes y sus extrañas relaciones con la SAREB. Y así lo manifiesto con los datos del INE, de Fomento y de Fegein en la mano y así lo confirma ahora el Banco de España a través de su máximo responsable con esta frase literal: “El ajuste inmobiliario se ha completado”, constatando así los datos avanzados por el sector inmobiliario gallego en los últimos meses. Tras siete años de crisis inmobiliaria, el Banco de España atisba el inicio de “una recuperación gradual del sector inmobiliario”. Entidad que en boca de su director general del Servicio de Estudios critica la ausencia de estadísticas de calidad en materia de vivienda, circunstancia que provocó que los agentes que participaban en esta actividad no supieran lo que podía ocurrir antes incluso de que pasara. Recordando como ya en 2004 el Banco de España advirtió contra la sobrevaloración que acumulaban los inmuebles, del 30%, y nadie quiso darse por aludido.

Ahora, reprocha que no sea posible conocer de manera fehaciente cuántas viviendas nuevas quedan en stock y sólo se conozcan algunas estimaciones. Aunque sitúa a Galicia como la tercera comunidad que acumula menor stock de vivienda sin vender, apenas un 0,6% de su parque inmobiliario total, ya por debajo de las treinta mil viviendas.

Pero aún nos quedan asignaturas pendientes, y una  de ellas es el disparatado impuesto de sucesiones que sufrimos en nuestra comunidad. Para que todos los ciudadanos lo entiendan: un ciudadano gallego paga 22 veces más que en autonomías con el impuesto de sucesiones rebajado. Es decir, un contribuyente que hereda dos pisos y 30.000 euros en efectivo, paga en Galicia 27.000 euros, frente a los 1.200 que tendría que tributar en la comunidad de Madrid. Esta brecha tributaria entre comunidades, según mi criterio, atenta contra el principio constitucional de igualdad ante la ley y de los derechos y deberes de los ciudadanos. ¿Es esta la igualdad fiscal y tributara que predica el señor ministro de Hacienda, en la que se nos dice que para la Agencia Tributaria somos todos iguales?.

Quiero recordar que el pasado enero entró en vigor la reforma fiscal, que reduce de siete a cinco el número de tramos del IRPF. Y en Patrimonio, la tarifa más elevada se sitúa en Andalucía y Galicia (0,24%-3,03%). Igual de elevados en Galicia son los impuestos de ITP (impuesto de transmisiones) y AJD (actos jurídicos), con un gravamen del 10%, mientras los tipos más bajos en la transmisión de inmuebles (vivienda usada) los tienen Madrid y Navarra, 6%.

Conclusión, en Galicia tenemos la renta per cápita más baja, los salarios más bajos, las pensiones más bajas... pero eso sí, tributamos un 40% más que la comunidad más rica que es Madrid. ¿Igualdad económica, fiscal y social, señor Montoro? ¿O simple y llanamente injusticia fiscal con las rentas más desfavorecidas? Han eliminado todas las ayudas, incentivos fiscales y deducciones por vivienda habidas y por haber a todos los tipos de rentas, nos han incrementado el IVA a un brutal 10%, y aun así el sector inmobiliario se ha recuperado, pero única y exclusivamente por su coraje, profesionalidad y esfuerzo.

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