El "Inner game". Es decir, juego interior. Axioma para el deporte del baloncesto. Despropósito para el COB. Para el conjunto ourensano no hay posibilidad de canastas fáciles en los partidos; ni de segundas opciones. Predecible y a expensas de sus tiradores. Así es muy difícil competir bien sea ante el colista Prat como ante los 'jugones' del Melilla, sin lugar a dudas el mejor conjunto de la competición por juego y plantilla. ¡Lo qué ya era hora! Pues mira que se llevan gastado 'cuartos' los melillenses temporada tras temporada. Claro candidato al ascenso a la Liga ACB.
Cuestionado Kyle Rowley desde el principio de temporada, para el COB es necesario cubrir la baja de Danny Agbelese sea como sea. Y no es cuestión de pareceres. Lo pudo ser la actuación del técnico del Breogán, Lisardo Gómez, ignorando a quien en esta ocasión fue determinante en su aportación ante el COB, Edwards Walton, pero no es el caso. El esfuerzo del novel Max Salash o la experiencia de Rejón, siendo argumentos válidos, son escasos para aspirar a ganar partidos en esta competición.
Se pudo ver el domingo. Los exteriores del Melilla penetraban o movían el balón para la canasta fácil bajo el aro. Incapaz atrás el COB se mueve por los arrestos y talento de Kapelan, Rivero o Barreiro. Sin revulsivo técnico/táctico posible por las limitaciones con las que afronta ahora los partidos.
Para el conjunto ourensano vuelven sensaciones de antaño. Y no hay red que valga. El desasosiego no es el mejor compañero de viaje para jugadores y grada.