Opinión

Por si los planetas se alinean..

Una competición de Liga es una carrera de resistencia. Tránsito que pondera el factor suerte y enaltece el mérito. Donde un error puede valorar toda una temporada, resquebrajar sólidas estructuras y una economía estrictamente gestionada. 

Que el COB ha mantenido una línea ascendente en cuanto a gestión, resiliencia, en los últimos años es incuestionable. Pero que los resultados deportivos siempre sean susceptibles de mejorar con respecto a temporadas anteriores es un relato conveniente, no tan objetivo. El ascensor deportivo no existe. En tal caso para los más poderosos, quienes manejan elevados presupuestos. Condición sine qua non cara una posición de destino importante. 

Ese maldito triple de Kapelan, como el disparo, tiene un poder paralizante, delimitador realmente de un ciclo donde convergen grandes logros en pos de la estabilidad social y económica y un balance de resultados siempre al filo de lo incierto hasta el punto de agobiar y determinar el desenlace final. Ese puñetero basket average que le condena al descenso.

Por no ser ni técnico ni vidente he de reconocer que desconozco cual puede ser el camino de retorno más rápido y eficiente. Lo que sí se sabe, en este caso, es que el descenso deportivo no tiene que ser sinónimo de fracaso absoluto del club. Lo que más engancha en una historia de infortunio es el resarcimiento -argumento que reitero-. Ese punto, entre la memoria y el deseo, en el que se mueven los aficionados deseosos de recuperar el ánimo y mantener la esperanza. 

Con una economía saneada, el apoyo institucional y social, el conjunto ourensano tiene muchas opciones y todo el derecho, por si los planetas se alinean, en pelear por la continuidad en la LEB Oro en una hipotética ampliación de la categoría... o lo que corresponda.

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