Opinión

Cuando los ourensanos fueron a Vigo para conocer a Eva Perón

Los que somos aficionados a hurgar y recuperar en las viejas historias a través de fuentes, documentos, hemerotecas, testimonios y fondos diversos disponemos de un inagotable y accesible recurso que son los archivos de RTVE, donde se alojan los del NO-DO. Existe un interesante reportaje de la visita de Eva Perón a Vigo en junio de 1947, solo cinco años antes de su muerte, dentro de la prolongada estancia de la dama argentina en nuestro país. Lo traigo a colación, porque cuando yo me iniciaba en el oficio, en el lejano verano de 1968, algunos colegas periodistas veteranos me contaron cómo fue que tantas personas de aquí fueron a ver la esposa de Perón. Aquel histórico viaje reflejó, en su completo recorrido por toda España, el agradecimiento del pueblo español y el afecto hacia su persona. La Argentina de Perón fue uno de los pocos países que se opuso a la condena de las Naciones Unidad contra el régimen de Franco, mantuvo todas las relaciones, y envió a España cargamentos de carne y trigo, tan necesarios en aquellos momentos. Recuerdo los elogios que le dedicaban las personas mayores que vivieron aquellos tiempos. Yo mismo, cumpliendo un mandato de mi abuela, cada vez que voy a Buenos Aires visito su panteón en el cementerio de la Recoleta, y dejo unas flores en tan simbólico lugar. En aquel cementerio se encuentra la historia de Argentina, pues cerca de la tumba de Eva Perón está la del general Aramburu que derrocó a su marido y que permitió el secuestro del cadáver de Evita y su traslado a Italia.

En su recorrido por Galicia, vino a Pontevedra, Santiago y Vigo, por lo que muchos ourensanos que la admiraban viajaron a esta última ciudad, aunque la gente no se desplazaba entonces tanto como ahora, bien en tren o autobús. Pero se las arreglaron. La ilustre dama fue agasajada con todos los honores y se alojó en el Pazo de Castrelos, pero el evento principal de su visita fue un gran acto de masas en El Berbés, ante de 60.000 personas que representaban a los trabajadores de Galicia, especialmente hombres del mar, pero también obreros y hombres del campo. Entonces pronunció un vibrante discurso hermanando a sus descamisados con las gentes del trabajo duro de Galicia. Es un discurso hermoso todavía hoy, y hasta emocionante, ante una masa de gente conmovidas y que se puede volver a escuchar accediendo a los archivos del NO-DO. Evita llegó a Santiago por vía aérea el 19 de junio de 1947, y, además de la estancia en Compostela, visitó fugazmente Pontevedra, la Escuela Naval de Marín, sobre todo Vigo.

Primero fue la Casa del Pescador y, sobre todo, El Berbés. Luego se supo que a Franco no le gustaron nada sus discursos, diríamos hoy “progresistas” en los que reivindicaba los derechos y el papel de las masas de trabajadores. En aquel acto, Eva Perón dijo: “Traigo el abrazo de la República Argentina para España, y el abrazo de los descamisados argentinos para sus hermanos los descamisados españoles. En la Argentina ponemos nuestros desvelos y nuestros afanes en la consecución de un mundo mejor donde existan menos ricos y menos pobres”. Después del acto de masas en El Berbés, la llevaron al Pazo de Castrelos, donde recibió artístico jarrón regalo de la empresa Álvarez. A las once de la noche, el Ayuntamiento le ofreció una cena de gala en el Casino, a la que asistieron setenta y dos invitados seleccionados y luego acudió a un baile de gala en el Real Club Náutico, en tanto en las avenidas se celebraba una verbena popular, lo que volvía a asegurar la presencia de las masas. El programa incluía exhibiciones folclóricas y fuegos artificiales. Al día siguiente, Evita siguió viaje hasta el día 26 en que dejó España para ir a Roma, donde la recibiría el Papa Pío XII. Los periódicos de la época publicaron amplios reportajes de aquella visita y fue precisamente Vigo el lugar de todo su recorrido donde estuvo tan cerca de las masas, que tanto le gustaba. Franco se sintió tranquilo cuando Eva dejó España ya que, como digo, sus discursos, claramente reivindicativos de los derechos de las masas trabajadoras, no le hicieron gracia.

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