Opinión

La nueva relación Sánchez-BILDU y los tres jóvenes gallegos secuestrados por ETA

Ahora que se dice que Bildu es un partido sin quiebra democrática, según el PSOE de Sánchez, y que no importa que lleve a etarras en sus listas, o que su máximo dirigente haya sido uno de ellos; ahora que Sánchez traspasa la línea roja del “no es no y nunca es nunca” y pacta con Bildu, conviene recordar, aparte de los más de 300 asesinatos impunes de ETA, a estos tres jóvenes gallegos, secuestrados, torturados, asesinados y desaparecidos de los que nunca más se supo. El 24 de marzo de 1973, habían viajado a Biarritz para ver la película “El último tango en París”, entonces prohibida en España. Se llamaban José Humberto Fouz Escobero, de 29 años; Jorge Juan García Carneiro, de 23, y Fernando Quiroga Veiga. Entraron en el bar “La Tupiña”, de San Juan de Luz, frecuentado por miembros de ETA, que por aquel tiempo se movían libremente en su santuario del Sur de Francia. Los etarras creyeron que los tres gallegos eran agentes de policía. Los atacaron de improviso y los secuestraron. Los llevaron a una granja cercana que la banda usaba como centro de logístico, conocida como La Sarre, que había pertenecido a Telesforo Monzón, histórico dirigente del PNV y fundador de Herri Batasuna. 

Gracias a un infiltrado en ETA, Mikel Lejarza, y por el testimonio de José Manuel Pagoaga Gallastegui, de la cúpula de la organización terrorista, se supo que los torturaron con saña, llegaron, con enorme crueldad a arrancarles los ojos con destornilladores. Se señala Tomás Pérez Revilla como el autor de la orden y los tiros de gracia. También José Amedo le cita como participante en éstos hechos en su libro “Cal Viva”. Quiso la historia que el propio Pérez Revilla fuera asesinado por un comando del GAL en 1984 después de haber salido con su amigo Román Orbe del Bar Batzoki de San Juan de Luz. Los mercenarios Jean Philippe Labade, Patrick de Carvalho, Roland Sampietro fueron condenados por esos hechos.Otros etarras señalados en los asesinatos nunca han admitido su participación en esos hechos, al menos en lo que se refiere a las torturas y al asesinato, a pesar de que están amnistiados y prescritos.

Pero de estos tres jóvenes nunca más se supo, ni ETA ni ninguna de sus organizaciones conexas han atendido nunca el ruego de los familiares para que al menos se sepa dónde están sus restos y poder recuperarlos. Gracias a la intervención parlamentaria de la ahora ex senadora vasca del PSE-PSOE Coral Rodríguez Fouz, el entonces ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, reconoció a los tres jóvenes coruñeses como víctimas del terrorismo. En marzo de este año de 2023, la ciudad de Vitoria les rindió homenaje en un acto organizado por el Gobierno vasco en el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo. Pero sus cuerpos siguen sin aparecer. Ni el mundo de ETA ha querido revelarlo. Gogora, el Instituto vasco de la Memoria, lleva años trabajando en una iniciativa que busca resarcir en lo posible el dolor de las víctimas de ETA cuyos atentados continúan sin ser esclarecidos. El asesinato de los tres jóvenes gallegos ha sido abordado dentro de esta iniciativa, y las familias de Fouz, Quiroga y García recibieron un informe monográfico del caso en el que se recopila toda la información, judicial y extrajudicial, en torno al mismo. El informe recoge las diferentes publicaciones periodísticas al respecto o las infructuosas diligencias judiciales que en diferentes momentos se han llevado a cabo. Dada la buena relación de Sánchez con Bildu y la de, sin la menor duda, de varias de las fracciones de Bildu con el mundo de ETA, se vuelve a crear que se puede explorar ese camino para que, al menos, las familias de los tres jóvenes gallegos puedan recuperar sus restos y darle el entierro digno que merecen.

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