Opinión

Energía positiva

Mi amigo Enrique R. tuvo la gentileza de enviarme la referencia de la película “El escritor de cartas”, dirigida por Cristian Vuissa e interpretada magistralmente por Aley Underwood y Bernie Diamond. He visualizado la película acompañado de mis hijas; la sensibilidad que estas mostraron me emocionó y sentí la necesidad de que mis escasos dones sirvieran para ayudar a los demás. El sufrimiento de muchos ha de tener el consuelo solidario de aquellos que son sensibles al dolor ajeno.

Es terrible el padecimiento de las madres de los prisioneros del terrorismo, ante la amenaza de muerte de sus hijos y la impotencia de no poder evitarlo. Es espantoso el saber que existe cura para enfermedades letales y que la avaricia de las multinacionales farmacéuticas las deja fuera del alcance de los que las necesitan. Produce indignación la rapiña de los ladrones de guante blanco que se enriquecen traicionando la confianza depositada en ellos. Debemos compadecernos solidariamente con aquellos que sufren en soledad dolores y padecimientos. Debemos condenar los desahucios, la marginación social, la opresión, los malos tratos, la violencia doméstica, el abandono de los enfermos, el acoso escolar, la explotación del ser humano, el hambre, la tiranía, la falta de libertades…, todo aquello que produzca infelicidad y angustia.

Cuando uno es feliz debe compartir su felicidad, debe proyectar sus energías positivas sobre todos los seres que le rodean. El auténtico mensaje de amor va dirigido a aquellos que son conscientes del gran tesoro que tienen los que transmiten solidariamente su alegría de vivir. Son aquellos que se han despegado de lo material y son libres para disfrutar de lo espiritual; su conciencia es dueña de si misma, se han liberado del ego y de la ambición que esclaviza el alma.

Quizás sean merecedores de compasión aquellos que han vendido su dignidad a cambió de satisfacer su sed de poder y dinero. Aquellos que merecen el desprecio de los demás deben ser perdonados de su gran ignorancia, pues, en el momento del tránsito final, su angustia existencial les hará sufrir inmensamente su absurda forma de vivir. Una lectura profunda del Evangelio nos hace comprender la sabiduría de su mensaje: “Aquel de vosotros que no tenga pecado, puede tirarle la primera prieta” (Jn 7: 28); ¿quién hoy no está libre de falta?; ¿quién puede tirar la primera piedra?; yo no me atrevería.

La película de Vuissa narra la historia de una adolescente que recibe una carta de un desconocido resaltando sus virtudes y transmitiéndole una intensa energía positiva. El autor es un anciano que todos los días redacta y envía una misiva a desconocidos llena de buenas y hermosas palabras; ambos entablan una relación entrañable que despierta en la adolescente el deseo de empatizar con los demás, lo que cambia el rumbo de los acontecimientos.

Estamos asistiendo a una bipolarización de la sociedad; donde la batalla entre la bondad y la maldad se recrudece todos los días. Deseo posicionarme a favor de la comprensión y la tolerancia; quisiera desprenderme de lo fútil y material; trataré de transmitir una energía positiva y empatizar con el dolor de los demás.

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