Recicla! ¡No tires papeles al suelo! ¡No uses la bañera, dúchate! ¡No utilices bolsas desechables! ¡No consumas carne de vacuno! ¡Desplázate en bici en trayectos cortos! ¡Comparte vehículo en trayectos largos! ¡Usa trasporte público! ¡Si fumas, no arrojes las colillas al suelo! ¡No eches al inodoro toallitas, compresas y demás productos íntimos! ¡Usa las imprescindibles prendas de vestir! ¡Plásticos, los estrictamente necesarios! ¡Defiende los árboles y planta cada mes uno en el entorno de tu ciudad!...¡Ayuda a salvar al planeta! Fácil, es relativamente sencillo, adoptar un comportamiento solidario con el medioambiente porque nos jugamos el futuro de la humanidad. Cada uno de nosotros, sin alterar sensiblemente su modo de vivir, puede colaborar en las medidas que urgentemente se han de adoptar para salvaguardar la civilización para las futuras generaciones aportando un grano de arena en el desierto infinito de dunas colosales.
Mientras los ciudadanos del primer mundo realizan pequeños gestos en defensa del medioambiente, los protectores de la naturaleza en países gobernados por negacionistas sufren persecución y llegan a perder su vida en una lucha desigual contra los depredadores de los recursos naturales. Ciento sesenta y cuatro activistas han sido asesinados por sanguinarios sicarios contratados por los expoliadores de los espacios naturales más importantes del planeta en el año 2018. Son mártires ignorados por los medios de comunicación, no son estrellas mediáticas, no son líderes carismáticos, no son políticos de alto nivel; son indígenas que defienden sus espacios vitales en selvas deseadas por los buscadores de oro, o por las multinacionales de la alimentación que buscan espacios para sus productos más nocivos, también actúan contra el hábitat de los indígenas los traficantes de maderas preciosas, por no hablar de los traficantes de animales exóticos en período de extinción.
¿Cuándo se reconocerá el sacrificio de cientos de ecologistas que ponen en peligro sus vidas por defender el medioambiente?: 30 en Filipinas, 24 en Colombia, 23 en la India, 20 en Brasil y en la sacrificada Guatemala, 16, encabezando el mayor porcentaje de asesinatos por población… Cientos de ellos sufren persecución de grupos paramilitares, de administraciones corruptas, de políticos deshonestos; muchos han de huir abandonando sus casas y a sus familias. Mientras las naciones debaten sobre las mínimas medidas que han de adoptar los líderes de los países más contaminantes desprecian a los científicos y se mofan de las resoluciones.
Bolsonaro, Trump, Xi Jinping, Putin y Ram Nath Kovind representan a los jinetes del Apocalipsis que protegen a la Bestia que anuncia su dominio sobre el Planeta. Pero lo más lamentable es que no nacieron de un parto diabólico, tampoco usaron las armas para alcanzar el poder, son líderes elegidos por otros humanos y cuentan con el respaldo de los explotadores de los recursos naturales.
Los últimos mártires asesinados mientras se celebra la cumbre del clima fueron indígenas Guajajara del Estado de Maranhao en Brasil y un mes antes un miembro del grupo ecologista Guardianes de la Tierra Arariboia. Ninguno de ellos será elevado a los altares, ni el gobierno de su país les reconocerá ni intentará hacer justicia. Creo que en las resoluciones de la Cumbre debieran de ser considerados mártires de la vida y héroes de la humanidad.
